"Hijo, eres un 'crack'"

Suele ocurrir con excesiva frecuencia, el/la padre/madre "protector" elogia con desmesura una acción o logro de su hijo/a. Está bien reconocerle sus logros y el esfuerzo realizado para alcanzarlos, pero hay que procurar no sobrepasar la línea de la moderación porque corremos el riesgo de convertirlo en un especulador que opta más por la recompensa que por el esfuerzo.  

En un partido de prebenjamines observé que detrás de una portería un 'papá portero', ante una parada de su hijo, exclamó: "Hijo, pídeme lo que quieras". Atónito me quedé. Afirmaciones del tipo "eres un 'crack'" es recomendable sustituirlas por otras del tipo "se nota que te esfuerzas, en los entrenos". El elogio fácil, sin más, los aleja de valores como la superación y el esfuerzo contínuo. Está bien estimularlos, pero relacionando esfuerzo y logros para no convertirlos en unos receptores dependientes adeptos de alabanzas.

Los niños a los que se les elogia contínuamente acaban siendo menos generosos y solidarios con los demás y entran en un bucle de necesitar constantemente ser reconocidos. Hay que formarlos en la idea de que no hay nada mejor que ponerse logros y descubrir metas a través de su propia visión de las cosas, conscientes de dificultades y potencialidades. Si somos capaces de imbuirlos de esa idea, estamos de verdad "regalándoles" lo que necesitan y, con el tiempo, ellos serán los más agradecidos.

Mi reconocimiento a miles de entrenadores y monitores que tienen que neutralizar cotidianamente los entrenamientos invisibles de papás/mamás de 'cracks'.