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Gracias a la sanidad pública por salvarme la vida en los últimos 18 años

Práctica de rehaqbilitación cardiaca en el Hospital de Bellvitge.

Práctica de rehaqbilitación cardiaca en el Hospital de Bellvitge. / ELISENDA PONS

Tengo 63 años y en los últimos 18 años he tenido que afrontar y combatir dos infartos de miocardio e innumerables arritmias, una operación de cáncer de colon, cinco edemas pulmonares y la implantación de dos DAI’s y un corazón artificial, hasta finalmente llegar al trasplante de corazón como última alternativa.

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A pesar de todo, he logrado ser feliz. Y todo esto ha sido posible porque en Barcelona tenemos la suerte de contar con un centro sanitario como el Hospital de Bellvitge, con un equipo de cardiología increíble, el del doctor Manito Lorite, responsable de la unidad de insuficiencia cardiaca y trasplante cardiaco y el doctor González Costello, responsable de asistencias ventriculares y mi "bastón" y referente estos últimos años.

¿Habrá algún servicio mejor? Lo dudo, me llevo la impresión de que si caes en sus manos, harán lo posible y lo imposible por que salgas adelante. No buscan medallas, son auténticos héroes anónimos. Además, trabajan con medios muy limitados, con plantillas muy escasas, en malas condiciones y con infraestructuras obsoletas. Pero esta precariedad y los recortes en sanidad que venimos sufriendo en los últimos años no han hecho mella en su profesionalidad y atención a los pacientes.

No entiendo cómo nuestra sociedad sigue permitiendo recortes en sanidad mientras, como contrapartida, da su reconocimiento y admiración a ídolos de barro como personajes televisivos varios, políticos corruptos o futbolistas, a los que se adora por su agilidad para dar patadas a un balón o burlar las obligaciones fiscales con las que se financia nuestra atención

sanitaria.

Gracias, de todo corazón al equipo de cardiología del Hospital de Bellvitge y, por extensión, a todos los profesionales que a lo largo de estos años me habéis atendido en mi periplo por el hospital. Y gracias también a la persona donante y a su familia, porque con este acto de generosidad han hecho posible que yo siga viviendo. Dedicaré gran parte de mi actual tiempo a homenajearos a todos y a que mi entorno sea un poquito mejor y más feliz.

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