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El feliz sueño de Rita Barberá
Rita Barberá aparentemente dormida, ayer, en su reaparición en el Senado. /
TWITTER / CELIA CÁNOVAS
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Particularmente me afecta que una representante política en las instituciones cobre un sueldo público (y además tan elevado como el de Rita Barberá) y cuando le toca ir a trabajar vaya a 'calentar la silla'. Me avergüenza que una representante de los ciudadanos se quede dormida en el trabajo. Además, en el Senado se discuten cuestiones muy importantes, que afectan directamente a los ciudadanos, y que merecen un respeto.
Este gesto me parece de muy mal gusto y más en una institución donde se representa a la ciudadanía, pese que hay que recordar que desde hace un tiempo, la señora Barberá -que está en el grupo mixto- tan solo se representa a sí misma.