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Federalistas, el último puente

Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, en el pasado Salon Auotmobile de Barcelona, en mayo.

Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, en el pasado Salon Auotmobile de Barcelona, en mayo. / Joan Cortadellas

Manel Clavijo Losada

La sociedad catalana se encuentra dividida por motivos políticos. Esto ni es nuevo ni es negativo; de hecho, es necesario en un contexto democrático. Clase social, nacionalismo, lengua y religión son algunas de las brechas que dividen las sociedades del mundo. En Catalunya tenemos un punto de división bastante más concreto que un concepto difuso. Nuestro punto de ruptura es la creación o no de un Estado independiente.  No voy a hablar de porcentajes, procedimientos legales, alegales o ilegales para conseguir dicha independencia o para evitarla.

Quiero detenerme en el ambiente que se está respirando en este país. No solo está enrarecido, está pareciéndose cada vez más en un ambiente prebélico. Y no, no me malinterpretéis, no va a haber guerra. Pero hay ciertos elementos en la dialéctica y la política del momento que son similares.

Mirad, en tiempos de guerra lo primero que se destruyen son los puentes. Los puentes unen partes separadas y la sociedad catalana se encuentra dividida entre los que quieren ser Estado y los que quieren mantener el 'statu quo'. ¿Y en medio? Los federalistas. Esos son los puentes y el objetivo número uno de los 'ultras' de uno y otro lado. ¿Por qué? Hacen dudar a las partes, no son esos enemigos de tricornio o barretina que unos y otros necesitan para justificar sus acciones. Con argumentos dan la oportunidad a unos y otros de cambiar de opinión o de compartir con otros sus pensamientos. Ven los problemas que unos niegan y aportan soluciones que otros desprecian. Cavar una trinchera es más fácil que tender un puente, reclamar que nada cambie o que se cree un Estado nuevo es mucho más fácil que hablar de pacto, de reformas constitucionales, etcétera.

Y ahí seguirán porque, como decían nuestros abuelos en aquella guerra que perdieron contra otros ultranacionalistas, "aunque me tiren el puente / y también la pasarela / me verás pasar el Ebro / en un barquito de vela".

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