¿Éxito del 'sí-sí'? Un pequeño análisis numérico

De acuerdo con datos del INE, se podría decir que había 6.228.531   participantes potenciales en la consulta del 9-N. De acuerdo con la   organización del 9-N, hubo 2.305.290 consultados, o sea un 37% de   participación. Si de los 2.305.290 consultados hubo 1.861.753   papeletas en apoyo de la independencia, entonces el apoyo a la   independencia fue de un 81% de los participantes y un 30% de los   participantes potenciales. Hay quien diría que los datos de la   organización del 9-N no son fiables, pero yo no entraré aquí en ese debate.

En términos absolutos el apoyo es significativo, pero aquí es   necesario relativizar y comparar. Personalmente, me resulta curioso   comparar las mismas cifras con el referéndum en Cataluña para   ratificar la Constitución Española de 1978, ya que esta es la norma   con la que Cataluña y el resto de España acordaron que la que la   soberanía residía en el conjunto del pueblo español y que España es un Estado de derecho indivisible.

De acuerdo con datos oficiales (BOE núm. 305, de 22 de diciembre de   1978), había un censo total en Cataluña de 4.398.173 para ratificar la   Constitución Española. De estos, hubo una participación de 2.986.790   votantes, lo que significaba un 68% de participación. De los votantes,   hubo un apoyo de 2.701.870, lo que significaba un 90% respecto de los   votantes y un 61% respecto del censo. Es decir que la Constitución   Española fue respaldada por bastante más de la mitad del censo. Los   votantes de Cataluña incluso participaron y apoyaron en este   referéndum más que la media del Estado.

En términos absolutos, la Constitución Española tenía 1,8 millones   menos de votantes potenciales y aun así obtuvo 840,117 más de apoyo.   En términos relativos, la participación para legitimar la Constitución   fue un 31% mayor y la ratificación de la Constitución fue un 10% mayor   (un 32% si no excluimos abstenciones). En términos cualitativos, la   ratificación de la Constitución tenía muchísimas más garantías democráticas.

Personalmente, aunque creo que el 9-N ha remarcado que hay un deseo   creciente por la independencia de Cataluña y malestar general, también   veo claro que este deseo no puede considerarse mayoritario entre los ciudadanos de Cataluña. El Govern de la Generalitat debería   dedicarse más reconciliar y menos a enfrentar a los catalanes y a los   españoles. Un gran éxito para Cataluña, no para los independentistas.