Envidia del Barça

Tras leer la carta "Firmé para que se repita el Barça-PSG y no soy antibarcelonista" del lector Alain Hidoine, me gustaría hacer unas puntualizaciones desde el más absoluto respeto.

Parece ser que esta remontada ha levantado ampollas en todos lados. En la carta dice que no es del PSG, por lo que podemos preguntarnos: ¿por qué firmó la petición? Yo responderé: envidia. Envidia de ver como un equipo millonario sin pedigrí, que año tras año cae a la primera o segunda ronda directa, pensaba que con un 4-0 ya estaba clasificado. 

Pero los partidos han de jugarse y, al igual que en el primero el Barça supo encajar un resultado tan adverso, hay que tener en cuenta que el adversario también juega y que es capaz de levantarlo, como bien ocurrió. En 61 años de competiciones europeas nadie lo había hecho y se daba por descontado que el Barça tampoco lo haría. Pues sí, lo hizo, y ahora toca analizar el porqué el PSG dilapidó su ventaja. La palabra adecuada es arrogancia, un adjetivo propio de millonarios que desgraciadamente solo tienen dinero y que nunca podrán comprar los valores que llevamos con orgullo desde 1899 los culés. Nosotros no achacamos al árbitro los errores que nos eliminaron el año pasado ante el Atlético de Madrid. 

En esta vida, y el fútbol es un ejemplo, hay que saber ganar y perder, forma parte del deporte. Y, cuando se pierde, lo primero que se hace es felicitar al rival, no cuestionarlo.