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Entre el exilio y la cárcel

Carles Puigdemont, en Bruselas, el pasado 12 de enero con los diputados de Junts per Catalunya.

Carles Puigdemont, en Bruselas, el pasado 12 de enero con los diputados de Junts per Catalunya. / JOHN THYS (AFP)

En igualdad de condiciones la opción más complicada suele ser la más adecuada. Partiendo de la base que las penas son excesivas, entre ser prisionero en una celda y ser preso en el exilio, mejor ser prisionero.

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Puigdemont no tiene tiempo, necesita una solución inmediata pero nadie parece poder rescatarlo de lo más alto de la más alta torre, estará preso mucho tiempo. Junqueras espera, no le queda más remedio, pero sabe que algún día volverá y ese día será el retorno del rey.

Su cautiverio durará tanto como Rajoy pueda estar en el poder. Mariano es el Señor del Tiempo y cuando el coronel Truman saque a Rambo de la trena, no quiere andar cerca.

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