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El empacho informativo

Las cortezas de los plátanos de la Rambla se llenan de mensajes en memoria de las victimas del atentado.

Las cortezas de los plátanos de la Rambla se llenan de mensajes en memoria de las victimas del atentado. / JORDI COTRINA

Estar medianamente informado es un privilegio de las sociedades más evolucionadas. También es un derecho, más o menos, y una obligación del ciudadano. Naturalmente, entre los ciudadanos comunes y las verdades hay diversas capas de revestimiento o filtro que hacen de refracción. Pero, por resumir, digamos que la información es un bien y algo a lo que se tiene derecho.

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Con el reciente episodio del atentado en Barcelona y sin entrar en consideraciones sobre lo que ya sabemos extensa y pormenorizadamente, he asistido a lo que se podría llamar sin mucho error 'carnaval informativo'. No es nuevo, hace un año tocaron los sirios, creo recordar y, antes, el tren de Santiago, y así. Algunas cadenas televisivas y emisoras de radio han vuelto a desplegar un estragante empacho con sus circos de tres pistas. Rápidamente sacaron de la 'zona cero' del corazón de la noticia a los becarios que nos informan habitualmente que a su espalda puede verse la nevada o la crecida de las aguas para enviar a sus respectivas 'BBC' de 'galácticos', resucitándolos de sus vacaciones o lo que hagan en verano, para darles cuerda y ponerlos a circular por toda su parrilla informativa, convirtiéndola, de ese modo, en una barbacoa en dónde en el mejor de los casos han cocinado un tostón interminable.

Me parece que una cosa es informar, decentemente con dignidad y profesionalidad y otra bien distinta es meter horas y horas que en definitiva terminan siendo rellenadas por lugares comunes, preguntas absurdas y rumores de Twitter sin confirmar. Doy por hecho que pagar tanta dieta a los titulares indiscutibles del equipo les compensa a las empresas, y discuto, de paso, con un amigo con diferente punto de vista al mío: yo sostengo que no es ni más ni menos que un producto de la pandemia de mediocridad que nos infecta. Él, más conspiranoico, sostiene que es parte de un manejo. No te engañes, dice, Maquiavelo, Goebbels... 

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