Despierta, España, despierta

Noche electoral larga, intensa. Una amalgama de emociones recorrieron la noche del 26J. Desde la alegría y los saltos en Génova a las caras largas en el Reina Sofía, pasando por una poco entendible alegría en Ferraz. Día histórico. No porque cambie nada, sino por lo contrario. Porque todo sigue igual. Cada vez más igual. Siempre igual. ¿Por qué?

Básicamente por la ineptitud de cuatro partidos a la hora de ponerse de acuerdo. Por arrogancias, imposiciones, líneas rojas y peticiones sin cabida dentro de una negociación que tenía como objetivo conformar un gobierno. Un gobierno de cambio. Cambio. Tuvimos la oportunidad. Tuvieron la oportunidad. No la aprovecharon.

14 escaños más. Para ellos desbloquean la situación. Para los progresistas bloquean a España. La condenan. Le ponen piedras en el camino. La conducen a otra legislatura azul. Rectifico, negra. Como negra será la tarea de la creación de puestos de trabajo de calidad. Como negro es el futuro de jóvenes, parados de larga duración y pensionistas. Como negra es la esperanza de cambio de este país, que probablemente se haya puesto a él mismo la zancadilla más importante de los últimos años.

Y vuelvo a otro porqué. ¿Por qué digo todo esto? Porque gran parte de este país quiere cambio. Porque la mayoría de este país quiere recuperar derechos. Los que costaron tanto ganar. Los que jamás debimos perder. Porque queremos trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Porque los jóvenes no queremos resignarnos a tener emigrar, aunque ellos también emigren a Suiza y Panamá.

España ha vuelto a lucir los tatuajes de un pasado bucanero. Despierta, España, despierta.