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Desde la ira y el odio no se puede construir nada positivo

Toni Comín, uno de los ’exconsellers’ que están en Bruselas.

Toni Comín, uno de los ’exconsellers’ que están en Bruselas. / ACN / LAURA POUS

Señor Comín, 

Escuché por radio su discurso dirigido a los manifestantes del pasado 7 de diciembre en Bruselas. Me llamó la atención el tono que usaba. Un tono que denotaba ira, violencia, odio a lo español… Dijo usted: “Tenéis miedo a la democracia, a las urnas, porque sois unos franquistas y tenéis miedo del Estado de derecho”.

Mire, señor Comín, soy un ciudadano aragonés, español y jubilado. Coticé a la Seguridad Social 43 años. He participado en todas las votaciones desde la instauración de la democracia, Constitución incluida. He pagado religiosamente mis impuestos y, afortunadamente, no he tenido que acudir a la justicia por motivo alguno. Vaya, como millones de españoles más.

No tendré ocasión, pero si la tuviera, me dirigiría a usted de una forma educada, sin gritos, pausadamente, procurando no ofenderle, y le pediría que me mirara a los ojos. Le preguntaría si cree que soy un franquista y tengo todos los miedos que usted citó. Le transmitiría que desde la ira y el odio no se puede construir nada positivo, que todos somos iguales, que nadie es más que nadie, y mucho menos por haber nacido en un sitio determinado y hablar una lengua diferente. ¿Acaso es más un médico uno catalán que otro cacereño, o un abogado catalán de otro asturiano?

Póngase la mano en el pecho y medite sobre sus palabras. Sinceramente creo que han sido ustedes, desde el penoso espectáculo de septiembre en el Parlament, los que han roto la democracia y se han saltado el Estado de Derecho.

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