Una parte en busca de una salida, que no defraude su pueblo y, otra en defensa de unos privilegios a los que no quiere renunciar, entre ellos, el poder de su estado y legalidad.
España es una realidad inamovible basada en perpetuar el control de unas élites centralistas sobre su cortijo. Esto se hace con las leyes y los poderes estatales que controlan todo, puesto que imponer por la fuerza ya no es admisible.
Catalunya es la parte débil, que ha constatado su imposibilidad de encajar o cambiar un país que lo quiere todo, pero que no se resigna a quedar sometido y, se ha dado cuenta que su fuerza está en la voluntad de su pueblo.
Pueblo formado por los que estaban y los que vinieron, los que creen en este país y los que se aferran al otro, muchos de ellos conscientes de los problemas que no se solucionan.