Con la esperanza en un nuevo mundo

Estoy impresionado. El artículo de Milena Busquets ('La revolución') me ha hecho reflexionar durante largos minutos sobre la sociedad donde vivimos, una realidad líquida que evoluciona y revoluciona. De talante más bien pesimista, al leer su artículo, sin embargo, estoy de acuerdo con que en el interior de los niños, que mañana serán adultos, germina ya una semilla "nueva" que, todavía chocante para muchos, demuestra que la sociedad europea no está "vieja y acabada".

Me ha impresionado mucho leer que “un día todos seremos demasiado viejos para entender lo que ocurre”, porque Milena tiene mucha razón. Y en la interiorización de estas palabras suyas me doy cuenta de que no solo me cuesta entender muchos comportamientos sociales, sino que ya he comenzado a entenderlos a mi manera. Y no sé lo que es peor.

Con 51 años, siento que se me escapa ya mucho mundo de entre las manos y que, tal vez, no me sea dado juzgarlo más (o ser juzgado desde sus parámetros) sino, como propone la autora, saber ver que ha empezado ya una verdadera revolución en las aulas que da continuidad a la existencia misma y que nos proyecta necesariamente a ese “nuevo mundo” intuido por Milena.

Solo me preocupa no disponer del tiempo suficiente como para entender, siquiera un poco, ese “nuevo mundo” y, por consiguiente, llegar a disfrutarlo mínimanente.