Espero que no, pero tal como está el tema, creo que el referéndum se acabará convirtiendo en una tradición catalana, o española, da igual. Y acabará siendo un relato más, del guía turístico, a su grupo de visitantes. Les hablará de la sardana, los 'castells' y el referéndum.
Es lo que tienen esas cosas, que acaban formando parte de la normalidad cultural, cuando se repiten tanto. Los turistas quedarán encantados, harán sus fotos, y seguramente comprarán figuritas de recuerdo. Una de ellas será un independentista, con su 'estelada' al hombro, y una papeleta para votar.
Pero, aunque suene gracioso, no me gustaría que eso sucediera, la verdad. Y me encantan las tradiciones, como la paella o los chiringuitos en verano. Pero creo que se debería de encontrar otra salida, más racional. Quizá sea poco inteligente seguir empeñados y no ver más allá.
Puedo entender esa ilusión por la independencia, porque hace tiempo también la sentí, pero esperaba una forma más digna de hacer las cosas.