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Sean valientes y déjennos votar

Mariano Rajoy regala un facsÍmil de la segunda parte de El Quijote a Carles Puigdemont.

Mariano Rajoy regala un facsÍmil de la segunda parte de El Quijote a Carles Puigdemont. / EFE / PACO CAMPOS

Una y otra parte se mueven cada vez más por el odio político al contrario. Unos, a golpe de leyes y Tribunal Constitucional,  ya no esconden su aversión, ya no hacia el 'procés', sino hacia la mitad de los ciudadanos de Catalunya y sus políticos, y otros, que en ejercicio de la democracia y la libertad de los pueblos, pretendemos que este territorio llegue a ser una república independiente. Unos y otros tenemos razones; positivas a favor propio y negativas contra los otros, y además el derecho a intentar ser lo que queramos ser, y hasta aquí, esto no es ilegal. Como tampoco es ilegal que el Parlament con mayoría independentista cumpla con lo que le ha encomendado el pueblo catalán. Lo único que esperábamos es que ese Parlament y ese Govern supiera hacer los deberes, pero no parece que la cosa vaya por buen camino. Claro que ya se encarga todo el aparato del Estado español y sus fieles de echar porquería sobre el asunto, incluyendo la mofa, el desprecio y el ninguneo a una parte muy importante del pueblo catalán, incluida su lengua.

Y aquí hemos llegado al 'quid' de la cuestión: que los 'indepes' no fanáticos como yo, y que hemos pensado alguna vez que si hemos vivido en España tantos años incluyendo el franquismo y hemos sobrevivido, y que podemos seguir así para los restos… nos demos cuenta de golpe de que no queremos seguir viviendo así. Una pena: la razón ha descendido hasta las vísceras. Cuando ves que se jactan de haber desmontado la sanidad catalana; cómo se ríen de nosotros (ojo, de toda la población catalana); cuando Rajoy viene a ofrecernos unos miserables 4.000.000 de euros y ni siquiera los incluye en los presupuestos; cuando al  País Vasco, por un voto le concede 15.000.000 de euros; que el corredor mediterráneo, imprescindible para el desarrollo de las comunicaciones catalanas, lleva años de retraso porque primero tiene que pasar… ¡por Madrid!; el déficit que arrastramos y con el que nunca nos pondremos al día; el boicot sistemático al aeropuerto de Barcelona; y el deplorable servicio de ferrocarril…

También entiendo las razones de los unionistas para ser españoles: ¡es que son españoles! Incluso muchos catalanes se sienten españoles. Pues claro que tienen razones, desde la víscera, insisto, para no querer la independencia… porque desde la razón, la mayoría ve lo mismo que nosotros, pero lo otro es trascendenta: ¡viva España! Aun así yo les entiendo y soy capaz de dialogar, y ellos no me entienden a mí o no me quieren escuchar. Solución: tenemos que ceder, dejar de lado nuestras aspiraciones y seguir en el inmovilismo y el continuismo, pero por fin vivir tranquilos para que los nacionalistas españoles se tranquilicen también, o bien ejercer nuestro derecho y el de toda persona de ir hacia donde se quiera ir, no sé cómo, ni con quién… (que si los actuales no saben o no quieren llevarnos, elegiremos a otros más capaces). 

Al final, todos los pueblos, tarde o temprano, consiguen lo que necesitan: es un proceso adaptativo de la especie humana. Y el pueblo catalán nunca ha dado un paso atrás. Y desde luego no nos dejan votar porque tienen miedo de saber la verdad. O quién sabe, quizá gane el 'no'… Y no me contesten, como siempre, que ya votamos el 9-N. No, señores, nada es representativo hasta que tiene todas las garantías democráticas, pregunta clara y resultado vinculante. Sean valientes y pongan las urnas legales, al Estado español se lo digo. 

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