El catalán es ahora la lengua del poder

 Soy professor de secundaria y hace tiempo que en las discusiones sobre el uso y presencia del catalán en la sociedad echo en falta una observación que, en mi experiencia, es fundamental. Para prácticamente las dos últimas generaciones, el catalán es la lengua del poder; ya no es la lengua perseguida, sino la que las instituciones imponen.

El catalán es la lengua de los impresos a rellenar, de la disciplina, de las notas y una nota ella misma, de los mossos d'esquadra, de las multas, de los politicos y de la televisión oficial. Eso es así incluso para muchos jóvenes cuya lengua familiar es el catalán. El catalán ha dejado de tener el prestigio de lo perseguido y defenderlo ya no aparece como una afirmación de libertad, ni siquiera para los que vivimos el franquismo.

Si tengo razón, las conclusiones no son precisamente las que parece que saca el manifiesto. Es probable que el catalán esté perdiendo algunas batallas, però no son las del D.O.G., sino las del prestigio, y me parece que el manifiesto no ayuda nada.