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El caso Nadia Nerea: contrastar la información, un principio básico

Nadia Nerea y sus padres con Ana Rosa Quintana en noviembre de 2016, poco antes de que fueran detenidos por estafa.

Nadia Nerea y sus padres con Ana Rosa Quintana en noviembre de 2016, poco antes de que fueran detenidos por estafa.

Los medios se encariñaron tanto con la historia de Nadia Nerea que, por lo visto, se olvidaron de contrastar la información que tenían entre sus manos. 

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A bote pronto el guión de la historia, ahora destapada, era inmejorable: una niña enferma, una enfermedad rara y unos padres coraje dispuestos a hacerle frente. Ya tenemos el negocio montado. Pero quién lo pensó, ¿solo los padres?

Lo cierto es que, descubierto el pastel, las masas feroces no han tardado en abalanzarse cual estampida de bueyes contra los padres de la niña. Es cierto, esos progenitores no conocen lo que es la vergüenza, pero sin la maquinaria mediática de la prensa, probablemente hoy esos padres seguirían recaudando, únicamente, en el ámbito local que suponía su parada de mercadillo.

Reza una de las máximas del periodismo, recogida en el código deontológico, que el periodista debe contrastar la información. En este caso, parece ser que a muchos periodistas se les olvidó tan importante principio.

Ahora es cuando la hipocresía hará acto de aparición. Aquellos periodistas que han ayudado a difundir esta historia, ¿se retractarán o se apuntarán al linchamiento de esos 'padres coraje'?

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