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Carta de un musulmán: "Jo també sóc Barcelona"

REPULSA. Protesta de la comunidad musulmana de Barcelona, ayer en la Rambla.

REPULSA. Protesta de la comunidad musulmana de Barcelona, ayer en la Rambla. / CARLOS MONTAÑÉS

Ahmed Benamar Bellouki

Soy musulmán y en primer lugar y ante todo quiero condenar el atentado terrorista cometido en Barcelona y cualquier acto terrorista y expresar así mis condolencias a todas las familias y personas afectadas. Este atentado nos ha tocado esta vez de cerca. Barcelona, y especialmente la Rambla , es el gran ejemplo de una ciudad cosmopolita, un ejemplo de aldea global, dicho en términos descrito por algunos autores internacionalistas. Ese ejemplo de aldea global se refleja muy bien en las diferentes nacionalidades de las víctimas del macabro atentado: las autoridades hablan de unas 36 nacionalidades diferentes. Pasear por la Rambla puedes oír cualquier idioma hablado en el mundo.

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De pequeño mis padres me enseñaron que el islam es una religión de paz, e incluso el saludo de los musulmanes empieza con un deseo de paz (salam), y es este mensaje y concepto que he tenido de la religión musulmana durante toda mi vida y así lo seguiré creyendo hasta el final de mis días. La yihad, en el sentido de guerra o lucha, es un concepto que nos queda lejos a cualquier ciudadano practicante. El monopolio de la yihad solo lo posee el Estado o potencia reconocido entre sus iguales. Es decir, dicho en término weberiano, el Estado es el único actor que posee el monopolio legítimo de la violencia. Por lo tanto, cualquier acción llevada por actores fuera de la esfera estatal es considerada una acción ilegítima e ilegal y un acto criminal. Por consiguiente, estas acciones terroristas son actos criminales que nada tienen que ver con la religión o Estado digno de ser considerado como tal. Y mucho menos representan o pertenecen a ningún colectivo, ni tampoco tienen justificación alguna en los textos sagrados del islam, como ellos pretenden.

No obstante, uno de los principales colectivos víctimas de este tipo de terrorismo somos los propios musulmanes. Según indican muchas fuentes, en la mayoría de los atentados tienen como víctimas principales los ciudadanos de confesión musulmana. En el atentado de Barcelona también ha habido víctimas musulmanas. Por ello, hago un llamamiento a todas las entidades públicas y asociativas y de los colectivos de inmigrantes y de musulmanes que trabajen juntos y definan una hoja de ruta en la lucha contra el extremismo, el odio, el racismo, la discriminación o la islamofobia que pueden ser el caldo de cultivo del terrorismo. Especialmente exigir a las entidades que trabajan con el colectivo musulmán que destinen todos sus esfuerzos en evitar que jóvenes caigan en el extremismo odioso.

Por último, pedir a las autoridades policiales que trabajen en esclarecer estos terribles hechos y que nos informen de los resultados.

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