Bolardos, más peligrosos que defensivos

Miles de personas acudieron ayer a la Rambla, al día siguiente de la matanza. / ALBERT BERTRAN

La colocación de bolardos en la Rambla me parece más peligrosa que útil como defensa.  Pueden estar bien en una calle estrecha para reafirmar su carácter peatonal -aunque fastidien y mucho a los vecinos a quienes se les niega el acceso de vehículos a sus viviendas, incluyendo los de servicios públicos,- pero en un paseo como la Rambla solo causarían accidente tras accidente.  

En un lugar donde se reune la cantidad de personas que se reunen en la Rambla con motivo de cualquier celebración festiva, la presencia de obstáculos de poca altura y gran dureza como son los bolardos solo propiciaría tropezones y caídas, sin aportar nada real. Para eso sería más útil  llenar los laterales de bancos fijados al suelo, que, impidiendo del mismo modo el acceso de vehículos al paseo central,  servirían para ofrecer asiento en un paseo que anda muy escaso de ellos. Los únicos son las terrazas de los bares.