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21-D: Una oportunidad para una Catalunya sensata

Urnas en las elecciones del 2008. 

Urnas en las elecciones del 2008. 

Juan Amaro Martinez

Las explosivas e incendiarias afirmaciones vertidas por la número dos de ERCMarta Rovira, me llevan a pensar si en el momento de afirmar que el Gobierno español amenazó con utilizar armas de fuego contra la población catalana, esta señora realmente creía lo que decía.

Podríamos exponer decenas de argumentos razonables y lógicos de que algo así no puede suceder ni siquiera en amenazas verbales. El señor Rajoy y su equipo de gobierno no gozan de mi apoyo ni mi simpatía, sobre todo porque luego de los excesos cometidos por la Guardia Civil durante la jornada del 1 de octubre ni siquiera se ha pedido pedido perdón, ni sancionado a las fuerzas del orden que mediante violencia inusitada intentaron evitar que la gente votase.

Si la señora Rovira tuviese pruebas de lo que afirma las habría presentado hace semanas y seguramente lo habría hecho convocando a todos los medios de comunicación posible, pero además habría denunciado las amenazas que de ser veraces serían gravísimas y condenables por todo el mundo. Es evidente que la señora Rovira delira. 

¿Y es esta la clase política que desea gobernar Catalunya? ¿Es esta clase de políticos que primero declaran una República y luego dicen que fue simbólica? ¿Cómo pretenden que se les pueda creer si van de mentira en mentira, de delirio en delirio?  Ahora ya no ponen fecha para la independencia, ahora son muchas las voces que desde el propio independentismo dicen que no estaban preparados, que aún no es el tiempo de la independencia. 

El propio Puigdemont ahora afirma que se deben recorrer otros caminos, buscar otras alternativas, pero nadie le llama traidor, ni a él ni a la señora Forcadell, que renegó de la supuesta DUI

Algo queda claro, y es que, a medida que pasan los días, podemos contemplar cómo sus argumentos y sus mentiras se derrumban, cómo se derrumban poco a poco las ilusiones de decenas de miles de catalanes que soñaron con esa república, que creyeron que las empresas no se irían, que creyeron en los delirios de políticos como Rovira. Y lo que nos va quedando en Catalunya es ahora mismo la esperanza de que el pueblo catalán, desde la cordura y la responsabilidad, hable a través de las urnas. Y que, junto a su necesario voto, regrese la política responsable y seria, esa misma política que jamás debió marcharse de Catalunya. 

Para evitar que delirios como este sigan sucediendo, el 21-D hay que llenar las urnas de votos sensatos, de votos que defiendan una Catalunya de todos. Se puede seguir pensado que podemos tener una República catalana, pero transitando otros caminos, gobernando desde el 'seny', sin olvidar que se puede y se debe gobernar construyendo futuro, no destrozando Catalunya y jugando con las ilusiones de la gente. 

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