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Naufal Vagapov: "Mi sueño sería crear un mini Uzbekistán en Barcelona"

Junto a su esposa Shakhnoza, sirve comida uzbeka cerca de la Sagrada Familia y habla sobre arroz, Gengis Khan e independencia

Naufal  Vagapov, en una de las mesas de su local, donde sirve comida uzbeka. 

Naufal  Vagapov, en una de las mesas de su local, donde sirve comida uzbeka.  / JORDI COTRINA

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Aparte de las históricas ciudades de Samarcanda y Bujara, Uzbekistán es un gran desconocido. Naufal Vagapov (Taskent, 1982) y su esposa Shakhnoza dirigen el Cheese & Cake (cheeseandcakebcn en Facebook), un pequeño café cerca de la Sagrada Familia donde los jueves y los sábados sirven comida típica de esta república del centro de Asia. 

-¿De qué parte de Uzbekistán es usted? Nací en la capital, Taskent, en el barrio de Chilanzar, una zona cosmopolita donde conviven rusos, coreanos y tártaros.

-¿Esta diversidad se extiende al país? Sí. La historia de esta región es la historia de las tribus de Asia. Antes de formar parte de la Unión Soviética, había regiones gobernadas por descendientes de Gengis Khan...

-¡El mítico guerrero mongol! Él vivió entre los siglos XII y XIII, pero durante generaciones gobernaron sus descendientes. Luego llegaron los comunistas, que metieron en un mismo territorio a pueblos que siempre estaban en conflicto. 

-¿Cuál es su lengua materna? El ruso. Una parte de mi familia son tártaros de Rusia y la otra de Uzbekistán. Mis bisabuelos eran religiosos y con los comunistas tuvieron que adaptar su apellido, Vajab, para que no sonara musulmán. Mi segunda lengua es el uzbeko. Desde la independencia cada vez hay más uzbeko en las escuelas. 

- La independencia se proclamó en 1991. Yo era un niño entonces, pero cuando estudié Historia me di cuenta de que en Europa la gente ha luchado y ha dado su vida por conquistar sus derechos. En Uzbekistán no se luchó por la independencia, nos la dieron, y cuando no has luchado por algo es difícil que luego sepas defenderlo.  

-¿La cocina es tan diversa como el país? La cocina uzbeka es una mezcla total. El Manty y el Lagman se consideran especialidades uzbekas pero en realidad son uigures (musulmanes de China). También consideramos nuestra la cocina coreana, porque Stalin forzó a miles de coreanos del norte de Rusia a establecerse en Asia central. 

-¿Cuál es el plato estrella? El arroz plov. Solo en Uzbekistán conozco 15 versiones. Yo sé preparar tres: una vegetariana, otra típica de Taskent que lleva pasas, garbanzos y colorante, y otro que llamo plov de hombres, porque se hace en un lugar donde solo cocinan ellos. 

-Usted estudió Derecho. ¿Cómo se aficionó a la cocina? Mi padre me enseñó. Conocía a la perfección la cocina coreana, rusa y uzbeka, y de niño me hacía quedar en casa a cocinar mientras mis amigos jugaban a fútbol. Preparé  mi primer caldo con 12 años. 

-¿Nunca se ha dedicado a las leyes? No. Después de acabar Derecho fui a estudiar gestión hotelera en Londres y hace diez años vine a España, porque mi madre tenía trabajo en Sevilla. Aquí no hubo forma de convalidar mis estudios de Derecho porque son sistemas legales muy distintos y en 2013 mi esposa y yo decidimos empezar de cero en Barcelona.

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-En junio pasado abrían el Cheese & Cake. Acababa de nacer mi segundo hijo y con una mano firmábamos el contrato y con la otra cambiábamos pañales. Yo quería hacer algo similar a lo que vi en Londres: una cafetería con buen café y comida internacional, sencilla pero de calidad y bien servida, nada de congelados ni precocinados.  

-La idea ha ido evolucionando. Ahora servimos comida uzbeka los jueves y los sábados. Aún es un pequeño proyecto pero la gente ha creado un ambiente especial y es mejor reservar porque se llena enseguida. Mi sueño sería crear un espacio con comida, música y decoración uzbekas, un mini Uzbekistán en Barcelona para la gente que no puede permitirse el viaje.