El paso a la educación superior

Objetivo: mantener la calma en la selectividad

Ocho alumnos explican cómo se enfrentan a las PAU con ganas de esclarecer su inminente futuro universitario

Jana Domènech y Natàlia Boix repasan sus apuntes y preparan el exámen de la asignatura de Catalán.

Jana Domènech y Natàlia Boix repasan sus apuntes y preparan el exámen de la asignatura de Catalán. / JOAN CORTADELLAS

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Gemma Varela
Gemma Varela

Periodista

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A 24 horas de la selectividad, Jana Domènech y Natàlia Boix aseguran que no están nerviosas, aunque creen que hoy lo estarán. «Todo el mundo nos dice que no hay para tanto y, si tienes el nivel de Bachillerato, no hay motivo para sufrir», dice Jana. Durante el curso han hecho simulacros de la prueba, pero hoy el entorno es distinto y puede condicionar. «Si hiciera la selectividad en mi instituto, estaría más tranquila», añade Natàlia, que se examinará en la UB.

El sábado, mientras media Catalunya estaba tostándose en la playa, ellas estaban en la biblioteca. A pesar de esto, Jana celebró el viernes su graduación en el instituto y el sábado, junto a Natàlia, la fiesta de su equipo de baloncesto, el Ramon Llull, donde se forjó su amistad. Quizá en septiembre compartan carrera universitaria, ambas quieren estudiar Criminología, aunque tienen dudas. A Jana también le gustaría cursar Musicología y Natàlia tiene otras dos opciones en mente: ADE y Enfermería. Han superado el Bachillerato con creces, con un notable. Así que, si todo va como esperan, podrán elegir carrera; tienen hasta principios de julio para decidirse.  

Los cambios que Ensenyament ha introducido en la prueba, no les han afectado demasiado. Quizá hubiesen elegido alguna otra asignatura para examinarse. Nada grave. Las materias que peor llevan son Filosofía y Matemáticas. La que llevan mejor, Catalán; desde este año hasta el 2020, los alumnos podrán elegir si utilizan en el examen los acentos diacríticos según la nueva o la antigua normativa del IEC. «También llevo bien Castellano –la asignatura que da el pistoletazo de salida- y Economía de la empresa», añade Jana. En la recta final a la selectividad, han creado un pequeño «club de estudio» junto a otros cuatro amigos. Ayer, sin embargo, estaban las dos en casa de Natàlia en 'petit comité' con el repaso final.   

Mates, filia y fobia

En el IES Front Marítim del Poble Nou, los alumnos que se presentan a la selectividad recibieron ayer las últimas instrucciones burocráticas antes del examen. Martí Alós, Indira Ghiglino, Àlex Domínguez, Guillem Flor, Albert García y Clara Ponce –seis compañeros que estudian en este centro- se mostraban tranquilos. Aunque al preguntarles si el día D hora H (es decir: hoy a las nueve de la mañana) estarían nerviosos, respondían al unísono con un rotundo «sí».

RICARD FADRIQUE

Albert García, Martí Alós, Indira Ghiglino, Àlex Domínguez, Clara Ponce y Guillem Flor, en el IES Front Marítim.

  

Martí Alós quiere estudiar Historia, aunque eligió el Bachillerato científico, lo que le lleva a una carambola curiosa: se examinará dos veces de matemáticas, las sociales y las científicas. El fin de semana se lo tomó de descanso, no estudió y ayer por la tarde no faltó a su cita con el equipo de baloncesto infantil del que es entrenador. Tiene una muy buena media, lo que le aporta tranquilidad. Aunque tiene la misma sensación que sus compañeros: «Te la juegas en tres días». Se queja, además, de que cada año hay algún error de corrección, lo que deja una cierta sensación de desamparo. «Exigen mucho y se debería exigir lo mismo al corregir».  

«Llevamos dos semanas encerrados en la biblioteca», dice Clara que (como Albert) quiere estudiar Enfermería. Él cree que no va a tener problemas para entrar, pero ella lo ve más negro: «Necesitaría hacerlo todo perfecto, no cometer ningún error». Según Clara, a los de ciencias, los cambios en la selectividad «no les han afectado tanto como a los de Bachillerato social». Sus compañeros asienten. Si no habías cursado Historia del Arte o Latín, solo quedaba una opción: examinarse de matemáticas. «Y claro, los de letras que tienen fobia a las mates lo han pasado mal», añade Guillem. Los cambios se anunciaron a mediados de segundo de Bachillerato por lo que, a ojos de Indira, «el trasiego fue mayor». Ella quiere estudiar Publicidad y Relaciones Públicas y cree que lo logrará. De hecho, le pone más nerviosa todo lo que envuelve a las PAU que los exámenes en sí. «A las chicas nos han dicho que tenemos que ir con coleta o con las orejas bien despejadas, para evitar que alguien lleve un pinganillo», explica. También tenemos que apagar el móvil y, «si sonara durante la prueba, nos lo requisan».  

Guillem Flor

ESTUDIANTE

Es importante una prueba que nos valora a todos por igual, sin prejuicios

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Albert asegura que las asignaturas que llevan mejor son las específicas de su currículum. «Es lógico, en principio son las que más nos gustan y van dirigidas a lo que nos queremos dedicar». A pesar de la presión, estos seis estudiantes creen que es importante que exista la selectividad. «Es importante una prueba que nos valore a todos los alumnos por igual», opina Guillem, que tiene claro que va a estudiar Ingeniería de obras públicas. «Quizá se podría plantear algo escalonado. Por ejemplo, una primera prueba en primero de Bachilletaro y otra en segundo», propone.   

Por suerte, no son supersticiosos, así que no les importa que hoy sea martes y 13. De hecho, Àlex Domínguez cree que este número -que coincide con el de su cumpleaños- le dará buena suerte para entrar en Física. En todo caso, 'alea jacta est'.