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«La autoestima es la mejor defensa personal»

Rubén Encina es artista marcial y 'sastre'. Aunque sus trajes no son de ropa, son sesiones de entreno físico a medida.

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jcarbo37023090 encina170125133743 / Anna Mas Talens

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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En el barrio donde nació, en 1975, Rubén Encina, en la ciudad argentina de Rosario, la falta de recursos estimulaba un trasfondo de violencia y libertades fuera de la ley. A pequeña escala, eso traslucía en la calle. Menudo como él era, su merienda era muy fácil de robar y, harto de no osar defenderse, pidió a su padre que lo apuntara a kárate. Y en la escuela de artes marciales se encontró con que quienes lo amenazaban en el barrio ya eran alumnos. Gracias a ellos, él llegó a ser campeón del mundo de taekwondo. Hoy se sirve de toques de defensa personal para reforzar autoestima y bienestar de las personas.

–De la fuerza física, a la fuerza mental... Exacto. La fuerza física tiene muchísimo que ver con nuestra autoestima, que es nuestra mejor defensa personal. Si tienes la musculatura con un fortalecimiento óptimo, eso el cerebro la sabe. Y fortaleciendo el físico ganamos autoestima y seguridad. 

–¿Qué pasa en el cuerpo cuando el músculo le dice al cerebro que está fuerte? Cuando el músculo está más activo, el cuerpo libera hormonas como la adrenalina y la noradrenalina. Son neurotransmisores que, activándose, nos aproximan a la homeostasis, la autorregulación del equilibrio interno. Fuimos creados para movernos, por algo tenemos 680 músculos. Tenemos el mismo cuerpo que en la era paleolítica, pero nos movemos muchísimo menos. Está bien practicar mindfulness o estiramientos, pero el cuerpo necesita un poco de caña. 

–Defensa personal connota violencia. Hay mucho desconocimiento sobre ella, pero es como un socorrista. No se prepara solo para sacar a un ahogado del agua, sino también para prevenir. Es quien te dice: no corras, que puedes resbalar, no saltes de cabeza que no hay suficiente altura, mantente en alerta. El artista marcial, igual. Esa fue mi esencia como deportista de élite hasta los 24 años, aprender a estar alerta ante la amenaza externa. Detectas la situación problemática para evadirla. 

–Y con la lealtad que caracteriza a las artes marciales. Sí, antes de empezar, los dos contrincantes nos saludamos, conocemos las normas a seguir. Fíjate, en básquet y en fútbol, todo lo que no se permite y, sin embargo, cuántos golpes y sangre llegamos a ver.

–Usted es entrenador personal a medida. Monta sesiones, incluso, pensadas para padres e hijos a la vez, en sus casas. O sea,  ayuda a fortalecer el músculo familiar.  Sí, soy un gran promotor del entrenamiento en familia. Lo hago ya con siete familias. A mí, personalmente, me encanta cuando mi hija me dice: ‘Papá, el domingo quiero ir en bici y tú a mi lado corriendo’. Porque, llenamos nuestras agendas de actividades, y las de los hijos, les apuntamos a actividades deportivas en extraescolares y los mayores van al gimnasio. ¿Por qué no hacer deporte todos juntos?

–¿Cómo ayuda a sus clientes a mantener la constancia? Primero, detectando su verdadera necesidad, su motivo real para estar en forma. Y una vez sienten, convencidos, su objetivo, yo les marco el camino más fácil para llegar a él. Adapto en tiempo e intensidad la sesión diaria, que puede ser de media hora y, lo más importante, lo hago de una manera atractiva, lúdica, que motive. Preparo trajes a medida para quien quiere perder dos kilos o para quien siente dolor de espalda. Pero la salud siempre va delante de cualquier objetivo.

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–Mente sana in corpore sano. Sí, el equilibrio para mí es: tener la cabeza bien amueblada; el cuerpo sano y fuerte, en forma; y el espíritu alegre.

–¿Y eso último cómo se logra? Las tres partes se alimentan entre ellas, y el espíritu, además, se enriquece concediendo tiempo a nuestras aficiones y a nuestras relaciones, sociales e íntimas.