LA BURBUJA DE LA VIVIENDA

"He visto tantos pisos que he perdido la cuenta"

María ha tardado cuatro meses en encontrar un piso de alquiler en Sant Martí, donde muy pocas viviendas se alquilan por menos de 1.000 euros

Un bloque de pisos de alquiler, en Barcelona.

Un bloque de pisos de alquiler, en Barcelona. / DANNY CAMINAL

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ANNA PRATS / BARCELONA

María no quiere dar su nombre real: los propietarios del piso de alquiler en el que vivía hasta ahora le deben una fianza de 1.000 euros y teme que no se la devuelvan si cuenta su historia. Y esos 1.000 euros son importantes, representan una mensualidad de su nuevo piso, la oportunidad que buscaba sin tregua desde el pasado agosto y que se presentó por fin hace una semana en Sant Martí.

María tiene 35 años y una hija pequeña, y no quiere hablar de las circunstancias que la llevaron a tomar la decisión de cambiar de vivienda. Era necesario, no un capricho, y no le ha resultado fácil. De hecho, en estos meses de intensa búsqueda se ha visto obligada a rebajar las condiciones y expectativas iniciales de su nueva vivienda.   

"He visto tantos pisos  "He visto tantos pisos que he perdido la cuenta. He visto de todo y casi ninguno de ellos valía el dinero que pedían por él", dice María

No abandonar Sant Martí era fundamental para María, ya que es el barrio que la vio nacer, "Es donde he vivido toda mi vida", dice. Y donde tiene todas sus amistades y relaciones, donde trabaja y donde su hija va al colegio... Aunque reconoce que mantenerse firme en esta condición 'sine qua non' le ha costado mucho, tanto, que durante el proceso estuvo a punto de tirar la toalla y ceder a la tentación de buscar en otros barrios en varias ocasiones.

Más caro y menos metros

"No había manera de encontrar un piso en condiciones en la zona, pero las desventajas y problemas de cambiar de barrio podían más y siempre acababa descartando esa posibilidad", dice María. Para ello, se ha visto obligada a renunciar a otras cosas: precio y metros cuadrados, que no es poco.

María es profesora autónoma y cobra entre 1.000 y 1.500 euros variables, según el mes. Aunque en un principio buscaba pisos de tres habitaciones, al final se ha tenido que conformar con uno de dos, ya que por tres habitaciones había quien pedía hasta 2.500 euros mensuales más honorarios y fianza de dos meses. "He visto tantos pisos que he perdido la cuenta. He visto de todo y casi ninguno de ellos valía el dinero que pedían".

Un mes de fianza

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Así que, cuando hace una semana encontró ese piso de dos habitaciones, en Sant Martí, y a través de un particular, por 1.000 euros al mes, lo vio claro. "Se escapaba un poco de mi presupuesto inicial, pero tenía que aceptar", afirma contenta, a pesar de todo, porque además solo le han pedido un mes de fianza. "Hay pisos de particulares donde piden dos meses de fianza y el mes en curso, cosa que supondrían 3.000 euros de entrada, y si el piso está a través de una agencia, la entrada inicial serían 4.000 euros de los cuales 1.000 son para la agencia", explica.

De hecho, en las principales plataformas 'on line' de alquiler de pisos en las que ha buscado María solo un 20% de las viviendas que se ofrecen en alquiler en Sant Martí están por debajo de los 1.000 euros, y solo un 10% en la franja de los 800 euros. "La vivienda debería ser un derecho fundamental con el que no se debería especular, como sucede en Barcelona", sentencia María, que por fin respira aliviada, después de tres meses a la caza del tesoro.