EL RADAR

Empleo a lo siglo XXI

Desde hace ya algún tiempo, las cartas de parados que recibimos en Entre Todos han descendido (un poco, sin exagerar) y abundan las de quienes denuncian trabajos precarios

Más que un empleo "fijo y seguro" a lo siglo XIX, que diría Juan Rosell, muchos suspiran tan solo por un trabajo con unas condiciones dignas

Trabajadores en la factoría Ford de Al,usafes, en Valencia.

Trabajadores en la factoría Ford de Al,usafes, en Valencia. / MIGUEL LORENZO

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Joan Cañete Bayle
Joan Cañete Bayle

Subdirector de EL PERIÓDICO.

Especialista en Internacional, Transformación Digital, Política, Sociedad, Información Local, Análisis de Audiencias

Escribe desde España, Estados Unidos, Israel, Palestina, Oriente Medio

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El premio a las declaraciones polémicas de la semana se lo ha llevado Juan Rosell, el presidente de la CEOE, que dijo que el trabajo "fijo y seguro" es "un concepto del siglo XIX", ya que en el futuro habrá que "ganárselo todos los días". Las palabras de Rosell fueron transversales: indignaron por igual a veinteañeros y cincuentones, a empleados y desempleados, a hombres y mujeres. "Creo que ya es hora de ver, y hacer ver, que no existe una relación entre la pérdida de derechos de los trabajadores y una bajada del paro. Lo único que se consigue es que las personas que trabajan lo hagan con menos derechos y que actualmente tener trabajo no signifique en muchos casos poder tener unos ingresos suficientes para una vida digna", escribió Rafel Soriano, de Mataró.

Desde que empezó la crisis, en esta ventana a la realidad que es Entre Todos hemos recibido centenares de cartas de ciudadanos en paro: jóvenes extraordinariamente formados sin experiencia, cincuentones con demasiada experiencia, cuarentones con hipotecas, niños pequeños y mucho miedo al futuro, muchas mujeres, jubilados temerosos de la vida que van a tener no ya sus hijos, sino sus nietos... Desde hace ya algún tiempo, las cartas de parados han descendido (un poco, sin exagerar) y abundan otro tipo de historias: las de pluriempleados que con tres trabajos apenas suman un sueldo digno, la de eternos becarios hartos de trabajar gratis, las de afortunados que firman contratos de un par de días, las de privilegiados que son despedidos un día antes de que acabe el periodo de prueba.  

TRABAJAR 54 HORAS, CONTRATO POR 20

"Soy estudiante, me faltan tres semanas para graduarme y dar por finalizada una de las etapas más importantes de mi vida. Tengo 21 años y puedo ver que las cosas no van bien, tenemos una grave crisis social. Un número alarmante de las personas que tengo a mi alrededor están descontentas con su trabajo, se sienten explotadas, desmotivadas y quemadas.Una persona de mi entorno personal  fue a una entrevista para entrar a trabajar en una cadena muy famosa de heladerías y las condiciones eran pésimas. Me explico: el puesto consistía en trabajar 54 horas a la semana con un  día de descanso, pero en el contrato solo figurarían 20 horas trabajadas. En la oferta, como era de esperar, había muchísimas personas apuntadas y esa misma tarde ya habían elegido al candidato" (Mireia Carboneras, Alella).

TRES EMPLEOS, 14.000 EUROS ANUALES

"Tengo en la pared cogiendo polvo dos títulos, y actualmente estoy sacándome el tercero, con la esperanza de que este me sirva para algo. Las prácticas obligatorias han sido lo que se llama trabajar gratis. Durante cinco años también he estado ahorrando para comprar un piso con mi pareja. Cuando por fin nos compramos el piso vino Hacienda a sacudirnos, y claro, ese año trabajé en dos lugares. Fue un duro verano a 60 horas y con una renta anual de 14.000 euros. No tienes dinero para los muebles, electrodomésticos, etc. Lo de independizarte se queda en stand by, cada dos meses compras un mueble e intentas que las facturas no suban más de 20 o 50 euros. Y la gente te pregunta: ¿Cuando os casáis? ¿Cuándo tendréis hijos? Eso me hace recordar aquel capítulo de los Simpson en el que Homer le pregunta a Marge si vive en el país Felicidad, en una casa de Gominola, en la calle de la Piruleta. No es que no queramos, es que no se llega" (Montse Recio, Barcelona). 

EN PARO A LOS 51 AÑOS

"Mariano Rajoy ha dicho: “Sería un error descomunal hacer tabla rasa de las reformas y volver al 2011Mariano Rajoy. No hay español en su juicio que quiera volver a la cumbre de la crisis". Rajoy se equivoca: yo quiero volver al 2011. Entonces yo tenía trabajo, un muy buen trabajo, fijo, bien pagado, con buenas compañeras. Llevaba 26 años trabajando sin llegar tarde, sin problemas y con solo dos bajas en todos esos años. Al presidente en funciones le tengo que agradecer que me echaran con un ERE. Ahora, con 51 años, mi perspectiva de volver trabajar no es que sea negra, es negrísima" (Liliana Claramunt, Igualada).

800 CURRÍCULUMS, NINGUNA ENTREVISTA

"Hace un año que, por desgracia, me quedé sin empleo. He enviado más de 800 currículums, algunos por internet y otros entregados personalmente. Actualmente tengo 56 años y seguro que este es el verdadero problema, ya que hasta la fecha no he recibido ni una sola llamada para concertar ninguna entrevista, ni se me hado la oportunidad de demostrar mis aptitudes" (Carmen Coté, Castelldefels).

PREMIO AL MEJOR PROYECTO, DE RECEPCIONISTA

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“Tengo 29 años, estoy en esa edad en que ni soy mayor ni soy joven del todo. Tengo una diplomatura en Turismo e hice el curso de adaptación al grado de mi carrera. Hice el proyecto final de grado acerca de la empresa en la que actualmente estoy trabajando, y me becaron con un máster, puesto que gané el premio al mejor proyecto de mi promoción. Actualmente estoy cursando ese máster en márketing digital. Mi empresa me ha comentado que no me puede ofrecer un puesto mejor porque no lo tienen, y estoy harta de enviar currículums y ofertas de empleo de las que me descartan por no tener experiencia en el mundo del márketing. Actualmente trabajo de recepcionista en unas oficinas, cogiendo el teléfono y repartiendo el correo. Cada día que me dedico a buscar trabajo tengo la sensación de que he perdido mi tiempo estudiando más y aprendiendo más” (Ana Molina, Esplugues de Llobregat).

No es por poner en duda las palabras de Rosell, en Entre Todos no recibimos cartas que suspiren por empleos "fijos y seguros", ese concepto tan siglo XIX. Las palabras más usadas, fiel reflejo de una parte importante del mercado laboral en España en este siglo XXI, suelen ser "precariedad" y "trabajo digno".