FUNCIONARIOS

La alarma de los bomberos

Apostar por servicios públicos de calidad o por la privatización en busca de más eficiencia. Otro debate ausente, como lamentan sus recortados protagonistas

Tres bomberos hablan de la situación y el futuro del sector y cómo influye el 27-S y su resultado. / RICARD FADRIQUE

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JOSEP SAURÍ

Sí, los bomberos son funcionarios (o al menos parte de ellos). Como los médicos, los maestros, los policías... A veces uno no cae en la cuenta. "La palabra  'funcionario' remite a la gente a un burócrata, al responsable de que tus papeles se retrasen, ese que se toma una hora para desayunar y cuatro para comer", suelta con retranca David Fernández, 42 años, bombero del parque de Cornellà. "No diré que los recortes a los funcionarios sean populares, pero bueno, no preocupan mucho -añade-. Eso sí, cuando recuerdas que los bomberos también lo somos, entonces te dicen 'no, hombre, a vosotros que no os recorten'".

Pero sí, sí les recortan. "Vino todo a la vez. Nos quitaron el 5% del sueldo, la paga extra días de permiso, y nos subieron el IRPF. Como nos aumentaron el horario, hemos recuperado un poquito trabajando más", detalla Pablo Manuel Castro (40 años, del parque de Sant Boi). Esta es una de las variadas razones de la decepción con la Generalitat y, en general, con la política que desgranan David, Pablo y Albert Jansà (35 años, del parque de El Vendrell), sentados a una mesa de la cafetería del Museu Olímpic i de l'Esport para eso, para hablar de política.

EL 'RESET'

Los tres comparten deseos de cambio y de regeneración política, aunque cara al 27-S sus recetas difieren. Así, Albert apuesta por la independencia porque percibe en ella "una oportunidad de ruptura, de hacer un 'reset' y empezar de cero". David y Pablo también ven "un sistema agotado", pero no creen en cambio que separarse de España resolviera por sí mismo gran cosa: "No hay soluciones fáciles, no hay atajos, y ahora estamos queriendo tomar un atajo", sostiene David. Y si la Catalunya independiente la van a pilotar los mismos que hoy gobiernan la Generalitat y gestionan su cuerpo de bomberos, Pablo se siente incapaz de ilusionarse: "¿Qué me da confianza en un nuevo Estado si lo que he visto que van haciendo no parece muy distinto de lo que ya conocemos? ¿De verdad no se podían hacer las cosas mejor? ¿De verdad la falta de recursos es una disculpa y cuando los tengamos las haremos mejor?". "Habrá que cambiar la manera de hacer las cosas y también la gente que las hace", replica Albert.

"Es que hemos venido aquí a hablar del 27-S, sí, pero creo que a nosotros nos preocupa mucho más cómo se degrada día a día el cuerpo de bomberos", casi se excusa Albert. Como si ante unas elecciones, hablar de la calidad y el futuro de los servicios públicos no fuera lo normal. Pero lo cierto es que tiene razón, en esta campaña no lo está siendo.

VOCACIÓN

Vamos a ello, pues: "No solo nos han recortado el sueldo, sino también derechos sociales laborales. No se cubren bajas ni jubilaciones y desde el 2009 no hay nuevas promociones. Y tenemos graves carencias de material", enumera David. "Esto aguanta por la motivación del bombero. Porque tenemos vocación, amamos nuestro trabajo. Si no fuera por eso...", avisa Albert. "Parte de nuestras miserias son por ineficiencia de gestión; el proceso de compra de mangueras solo se empieza cuando ya faltan, y no llegan hasta al cabo de tres meses. Pero es que en estos años realmente pensábamos que nos iban a privatizar, como se ha hecho en Galicia. Y ya veremos qué pasa con el tiempo", explica Pablo. "La estrategia va dirigida a la privatización, por mucho que lo nieguen", afirma David. Y vistos los vientos globalizadores que soplan y lo que ocurre, por ejemplo, en la sanidad, "la independencia no corregiría esa deriva; la agravaría", asegura.

Ya se sabe que la lógica de la privatización de servicios públicos se basa en que la competencia favorece la eficiencia. Pero ¿en los bomberos? "Ni el bienestar social ni la seguridad pueden medirse con parámetros económicos de una empresa privada. El 'airbag' es ineficiente: es muy caro y solo se usa una vez o ninguna. Pero a nadie se le ocurre quitarlo para abaratar el coche ¿verdad?. Pues esto viene a ser lo mismo", considera David.

'AIRBAGS' SOCIALES

O debería serlo, porque los 'airbags' sociales están gravemente amenazados, coincide Pablo: "En estos ámbitos las empresas que entran no aportan valor alguno ni tienen intención de hacerlo, más allá del 'esto ya lo hago yo más barato'. No se quiere crear un entorno de mercado: simplemente es un contrato jugoso. ¿En qué van a hacer el servicio más eficiente, aparte de ahorrar en nóminas?". David recuerda que entre sus funciones primordiales está la prevención: "Es decir, que cuanto mejor hagamos las cosas, menos trabajo vamos a tener. ¿Cómo se va a cuantificar eso?".

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"Pero la gente tenemos que hacernos nuestros esos servicios públicos, y participar más en la política, de manera más consciente e informada", apunta David. "Ojalá haya una mayoría lo más cualificada posible para que se llegue a consensos y de ahí surja algo que no tenga fácil vuelta atrás, para no seguir perdiendo el tiempo. Pero soy muy escéptico", concluye Pablo. Y Albert reclama "que se escuche más a los trabajadores de la Administración. Si tanta gente se queja tanto durante tanto tiempo, será por algo".