LAS PLAYAS DE LOS LECTORES

El excéntrico vecino kazajo

La recomendación de Joan Jové y Elisenda Elorriaga. 45 y 48 años. Empresario y administrativa de Barcelona.

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El excéntrico vecino kazajo TODOS_MEDIA_2 / FERRAN SENDRA

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MARC ESPÍN
LLORET DE MAR

La playa más septentrional del término municipal de Lloret de Mar atesora historias para todos los gustos. Historias clandestinas, como la del rebaño que pastaba en la arena gruesa sin pasto de Canyelles solo para borrar el rastro del contrabando de tabaco y alcohol de la posguerra. También hay anécdotas divertidas de la misma época, como la del naufragio del mercante cargado de naranjas que acabaron desperdigadas por toda la playa atrayendo a centenares de vecinos de Lloret que las recogían en la orilla. Pero la historia preferida de los lloretenses es la que envuelve la lujosa finca de Can Juncadella, construida en la cima del promontorio del norte a mediados del siglo XX y actualmente propiedad del presidente de Kazajistán.

La finca tiene un helipuerto, una casa de invitados con 13 habitaciones y un bosque privado tan grande que se extiende por todo el macizo de Cadiretes que se ve desde la playa. Como al resto de residentes de la urbanización de Canyelles, a Joan y a Elisenda les encanta contar chismes sobre su excéntrico vecino, el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev. Relatan las pomposas celebraciones con fuegos artificiales, la llegada de tráileres cargados de ferraris y maseratis o la vez que fondeó frente a la playa uno de los yates más caros del mundo. Los vecinos, acostumbrados a los Juncadella de toda la vida, más discretos y cercanos, vieron la llegada de los kazajos hace unos 10 años con cierto recelo. No cayó en gracia, por ejemplo, que llenaran de arena la calita de guijarros que se encuentra en el extremo norte de Canyelles.

LLORET DE MAR Longitud/anchura 450 m / 45 m. Tipo Arena gruesa . Residencial y natural. Ocupación Alta. Playa familiar, retirada de Lloret, pero con todos los servicios. Cuenta con el único puerto deportivo del municipio, restaurantes y alquiler de hamacas, sombrillas, patines de pedales y kayaks.

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Sin embargo, Joan y Elisenda ven cosas positivas. La montaña está más limpia que nunca y la casita blanca de mar de Can Juncadella que hay a pie de arena está hoy restaurada tras muchos años en ruinas. Así, el lado izquierdo de Canyelles, que es el lado acogedor, natural y tranquilo de la playa, está mucho más bonito. Y en este lado bonito hay una historia bonita, la de Joan y Elisenda, que se conocían del vecindario de Canyelles desde la adolescencia, pero que no se enamoraron hasta hace un par de años. Dice ella que les unió, a sus cuarenta y tantos, este mar de naranjas, esta arena de contrabandistas, este Canyelles kazajo, fuente de historias para todos los gustos, también para románticos.

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