Obama gana el último debate ante Romney y afronta una disputada recta final

El presidente impone su experiencia al frente de la Casa Blanca para salir airoso de un cara a cara centrado en la política exterior

Barack Obama y Mitt Romney (derecha), frente al moderador, Bob Schieffer, durante el debate de anoche en la Universidad de Lynn, en Boca Ratón (Florida).

Barack Obama y Mitt Romney (derecha), frente al moderador, Bob Schieffer, durante el debate de anoche en la Universidad de Lynn, en Boca Ratón (Florida). / ESL UW at

IDOYA NOAIN / Boca Ratón (Florida)

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Lacarrera a la Casa Blancaha entrado definitivamente en su recta final y elúltimo debate, anoche, entreBarack Obama y Mitt Romney, ejemplificó dónde se encuentra el duelo. El presidente aprovechó la ventaja de cuatro años de experiencia en la Casa Blanca en los que ha estudiado y adoptado decisiones vitales para laseguridad nacional paraimponerse claramente en 90 minutos de discusión centrados en política exterior. En la primera encuesta de la CNNrealizada tras el debate entre votantes registrados, un 48% le consideraron ganador frente al 40% que vio mejor al republicano. Pero es, quizá, la victoria más inútil para Obama.

La política exterior no es prioridad para los estadounidenses (como muestran sondeos recientes enestados bisagra donde solo el 10% la colocan por delante de laeconomía, el déficit o la reforma sanitaria). Y es dudoso que el debate anoche enBoca Ratón (Florida)vaya a dar a las encuestas un giro como el queMitt Romney logró con su clara victoria en el primer debate en Denver.

En juego anoche, como insistían los estrategas de las dos campañas antes y después del debate, estaba mostrarse presidencial. Y aunque Romney fue más débil en sus argumentos y fue atacado por Obama, logró mantener las formas a la defensiva.

Los enemigos exteriores

El ataque de Obama fue implacable. Recordando que Romney había definido a Rusia como "el mayor enemigo geopolítico" de Estados Unidos, el presidente ironizó : "los(años) 80 están llamando para pedir de vuelta su política". Cuando el republicano defendió su propuesta de incrementar elgasto en Defensa mencionando que la marina es la más pequeña desde 1917, Obama usó elsarcasmo: "También tenemos menos caballos y bayonetas, porque la naturaleza de nuestro Ejército ha cambiado. Tenemos esas cosas llamadas portaviones, donde aterrizan aviones. Tenemos esas cosas que van bajo el agua, submarinos nucleares".

Más allá de los dardos, luego muy criticados por los republicanos, el presidente defendió con uñas y dientes su actuación como comandante en jefe, desde enLibia hasta en Siria, Afganistán o en la operación que acabó conOsama bin Laden. Rechazó las acusaciones de haberse mostrado débil conIrán o de haberse alejado de Israel.

Romney, que fue con frecuencia quien llevó la discusión a cuestiones de economía nacional, mostró que a menudo quelas líneas maestras de su política exterior no se diferencian en exceso de las del presidente, con el que reconoció coincidir a menudo. Pero también buscó marcar distancias y profundizó en su línea de ataque a Obama, asegurando que ha debilitado a Estados Unidos y diciendo que "en ninguna parte del mundo es mayor la influencia de EEUU de lo que era hace cuatro años". En el caso delprograma nuclear iraní, por ejemplo, buscó marcar diferencias incluyendo entre sus propuestas denunciar a Mahmud Ahmadineyad por promover el genocidio.

Buscando la moderación

Lo que el republicano se esforzó también por asentar fue laimagen de moderado con la que ha buscado a los indecisos (y que no ha molestado a sus bases más conservadoras). Si alguien temía que el peso de losasesores 'neocon' de George Bush que ha integrado en su equipo marcara su postura, alejó ese fantasma, siquiera electoralmente, asegurando "No queremos otro Irak. No queremos otro Afganistán". Su declaración para cerrar el debate fue "Quiero ver paz (...) promover principios de paz para hacer del mundo un lugar más seguro".

Incluso al abordar el atentado contra el consulado de Bengasi, con el queen el segundo debate intentó atacar al presidente fracasando estrepitosamente (al equivocarse al decir que Obama no lo calificó como "acto de terrorismo"), esta vez Romney sonó hasta más moderado que el presidente. "Con laprimavera árabellegó la gran esperanza de que haya un cambio hacia más moderación, pero no podemos salir del lío (de protestas y violencia) matando. Tenemos que implementar una estrategia amplia y robusta para ayudar al mundo del islam a rechazar el extremismo violento".

Europa, ausente

En el debate aparecieron tambiénChinaylos drones (cuyo uso Romney apoyó y al que Obama eludió referirse). Se mencionaron elciberterrorismoyLatinoamérica(en busca delvoto hispano el republicano habló de la región como una oportunidad comercial mayor que el gigante asiático). Ausente estuvo, entre otros temas, lacrisis económica europea, aunque Romney volvió a mencionar a Grecia como ejemplo negativo.

Obama volvió a cuestionar loscambios de posición de Romney y no huyó de la discusión sobre economía nacional. A partir de hoy, eso es lo que volverá a centrar la atención de lacampaña, una que entra en surecta final con los dos candidatos tremendamente igualados. Quedan 15 días hasta la cita con las urnas el6 de noviembre. Todo se juega ennueve estados clave (Obama visitará seis en solo 48 horas a partir de mañana miércoles). Los dos candidatos saben que su misión es convencer a los pocos indecisos que quedan pero, sobre todo,movilizar a sus bases y lograr una alta participación. Los debates son ya cosa del pasado.