finanzas públicas

Catalunya se aprieta el cinturón

El 'vicepresident' Pere Aragonès reclama al sector público que retrinja gastos e inversiones para cumplir con el déficit

Pere Aragonès

Pere Aragonès / ACN / RAFA GARRIDO

Agustí Sala

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Objetivo: un déficit del 0,4% del producto interior bruto (PIB), unos 960 millones de euros. Con esa meta en la mente, el 'vicepresident' y 'conseller' de Economia de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reclamado a todo el sector público que restrinja gastos y demore inversiones.

Se trata de apretarse el cinturón y evitar dispendios que no sean imprescindibles para alcanzar la meta prevista de números rojos en las arcas públicas con un doble objetivo: el financiero, para esgrimir una buena gestión y poder acudir en el futuro a los mercados a funanciar la deuda; y el político, para ganar autonomía económica con respecto al Estado, el principal acreedor de la Generalitat, al ser el titular de casi tres de cada cuatro euros de su pasivo.

La primera fase de este plan que partió de la orden del pasado 3 de octubre, publicada en el Diari Oficial del día 5. En la misma se determinó el cierre presupuestario para a las 'conselleries' y el sector administrativo casi un mes antes de lo que sucede cada ejercicio.

Esta orden tiene excepciones, que incluyen las nóminas y el gasto social en salud, educación y bienestar y familias. A su vez, todo "expediente de gasto de carácter urgente inaplazable que no pueda ser tramitado durante 2019" requiere "la autorización previa" del 'vicepresident Aragonés.

Fuentes del Govern aseguran que la medida permite muchas excepciones cuando están suficientemente justificadas y afecta a "una suma no muy elevada", ya que supone evitar pequeños gastos e inversiones que no son urgentes y que pueden aplazarse al 2019. 

Hasta agosto, la Generalitatat registró un ligero superávit de cinco millones de euros, es decir, ingresó más de lo que gastó, pero venía de saldos positivos mayores. El hecho de que mucha parte del gasto se acumule en la parte final del ejercicio, por ejemplo, el procedente de otros ejercicios, hizo que Aragonès decidiera avanzar el cierre de la caja.

FLA extraordinario

La idea era aproximarse al máximo al objetivo de déficit y evitar recurrir al fondo de liquidez autonómico (FLA) extraordinario, destinado a cubrir los desvíos en los números rojos de las autonomías. Es una vía que aumenta la dependencia del Estado.

La segunda fase de este plan afecta a las empresas y otros organismos del sector púiblico a los que se sugirió que restringieran el gasto corriente en lo que queda de año en un 5% y las inversiones en un 10%. Cada área a la que se le notificó tenía que presentar sus propuestas, pero muchas de ellas no lo han hecho, según fuentes de la Administración catalana.

Cuando eso se produce, es la Conselleria de Economia la que decide el tijeretazo y es lo que sucedió con el recorte de 2,9 millones de euros en la aportación al Consorci de l’Habitatge de Barcelona que se le comunció al Ayuntamiento de Barcelona como publicó este diario y que provocó la indignación de la alcadesa Ada Colau.

El Ejecutivo catalán, especialmente el área económica del mismo, que está en manos de ERC, tiene como objetivo acceder en el 2020 a los mercados para financiar la deuda y un requisito imprescindible es cumplir con los compromisos adquiridos en materia de deuda.

Además de esa condición, la administración catalana también está obligada a cumplir la regla de gasto (un porcentaje establecido por la ley de estabilidad presupuestaria y relacionado con el crecimiento económico, situada en el 2,4% para el 2018) y reestructuración de la deuda.