la evolución bursátil

Las cinco claves del desplome de Wall Street

El temor a un alza más agresiva de los tipos de interés en EEUU ha pesado en los mercados de renta variable

Cierre del mercado en Wall Street, este lunes.

Cierre del mercado en Wall Street, este lunes. / periodico

Eduardo López Alonso

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Wall Street registró este lunes la mayor caída en puntos de su historia. Tras revalorizarse más del 30% desde principios del 2017, el índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York se desplomó 1.175 enteros, el 4,6%. El mayor retroceso en porcentaje desde el verano del 2011 fue una sorpresa, pero no faltan razones para explicar el porqué del comportamiento inversor. Los mercados de renta variable reflejan de manera súbita las consecuencias de múltiples factores, tanto políticos como económicos, que invitan a la prudencia y que enfrían, aunque sea temporalmente, los ánimos más especulativos.

Los analistas han dado ya rienda suelta a las explicaciones sobre el predominio de las ventas del lunes y que podría consolidarse en forma de tendencia a corto plazo. Para estos analistas, la salida de los inversores de la Bolsa de Nueva York responde a los efectos de la política del presidente de EEUU, Donald Trump, con respecto a la repatriación de capitales; a la evolución de los tipos de interés; y a la evolución del dólar. Se trata de un cóctel aderezado de promesas de más rebajas de impuestos que favorecen el ahorro y perjudican a los grandes jugadores globales. El temor a un alza más agresiva de los tipos de interés ha pesado en los mercados de renta variable. Estas son algunas de las claves de la evolución del mercado. 

El mal de altura

El 'parquet' neoyorquino dejó el índice Dow Jones el 1 de enero del 2017 en 19.963,80 enteros. El indicador, que integran los valores más importantes del mercado, se revalorizó hasta el pasado 26 de enero más del 33% en una subida cuya plasmación gráfica mostraba similitudes incluso con la evolución del bitcóin, una súbida continuada y sin apenas altibajos. Sin que exista una correlación lógica entre criptomonedas y el serio Dow Jones, lo cierto es que tras una revalorización del 30% suele haber una corrección técnica, explicada normalmente como consolidación de beneficios, que supone un predominio de las ventas. Mal de altura que siempre llega pero que es difícil determinar cuando. No existen más elementos para que se produzca un comportamiento lógico de los agentes económicos de transformar una revalorización virtual en beneficio contable. 

El mal político

El Dow Jones perdió la barrera de los 25.000 puntos el mismo día en el que Jerome Powell asumía la presidencia de la Reserva Federal. La anunciada política de tipos de interés alcista es interpretada por los mercados como una amenaza para las cotizaciones empresariales, un elemento que por si solo tiende a enfriar los ánimos de los grandes inversores, capaces de movilizar sus recursos a otros mercados internacionales. Paradójicamente, una economía en crecimiento puede lastrar la inversión bursátil, dado que las perspectivas de beneficios en la economía no financiera pueden ser sólidas.

El mal de la bola de nieve

El tópico de que el estornudo de Wall Street causa pulmonías en el resto de mercados de renta variable mundiales vuelve a cumplirse. Tras la caída de Wall Street, las bolsas asiáticas cayeron el 5%. Y Europa, incluida España, amaneció con una apertura bajista superior al 3%. El efecto bola de nieve es impredecible en un contexto de incertidumbre y desconfianza, pero que la Bolsa de Tokio llegue a anotar una caída del 7% durante la sesión es poco tranquilizador. Las bolsas chinas como Shanghái  y Shenzhen cayeron más del 3% y 4%, respectivamente. La de Hong Kong, el 5,1%. 

El mal de las ventas a corto

Los desplomes bursátiles son el resultado del propio funcionamiento de las bolsas. Las operaciones especulativas a corto tienden a acentuar las tendencias, por lo que pasar del temor al pánico tiende a ser más fácil. Además, la automatización de decisiones de compra-venta hace que ante una situación inesperada de ventas, las órdenes que empujan los valores a la baja proliferen sin que pueda atajarse la tendencia. 

El mal del dólar y la repatriación de capitales

La posible repatriación de hasta 400.000 millones de dólares que tienen las compañías estadounidenses fuera del país podría derivar en un alza de los dólar. Pese a que la Administración Trump ha confesado que se encuentra cómoda con un dólar débil, lo cierto es que la conversión de activos en dólares podría elevar la cotización de la divisa estadounidense. La situación es un elemento de incertidumbre para los mercados de renta variable, ya que impide precontabilizar con previsión los resultados empresariales.