EL FUTURO DE LAS URBES

El transporte protagoniza las ciudades inteligentes

Estand de Huawei en la Smart City Expo de Barcelona.

Estand de Huawei en la Smart City Expo de Barcelona. / periodico

Josep M. Berengueras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El transporte es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las ciudades. Más del 50% de la población del planeta vive hoy en día en ciudades, y se espera que esta cifra suba al 70% en el 2050. Conseguir que las ciudades no se saturen, tengan un aire limpio y sigan atrayendo al talento son los objetivos del futuro, y para lograrlo la solución se llama ciudades inteligentes. El transporte, de hecho, es el principal sector que está liderando la industria de las smart cities.

Compañías de todo el mundo exponen estos días los principales avances en ciudades inteligentes en la Smart City Expo World Congress de Barcelona, que espera batir récord de participantes. El transporte (la movilidad) es el gran protagonista de la feria: optimización del tráfico a través de sensores en las farolas o los semáforos, mejora del transporte público, red interconectada de las flotas de taxis para determinar dónde está la demanda...

«Hasta ahora cada elemento recogía datos y podía actuar de una forma u otra. Ahora el gran paso es que todo esté interconectado, que esos datos se procesen en la nube, a través de la inteligencia artificial se creen patrones y el sistema aprenda, y que todos los elementos reaccionen al mismo tiempo», explica Tito Arciniega, vicepresidente de Soluciones Industriales de Microsoft, que muestra en la feria diferentes soluciones para smart cities. «El transporte es uno de los principales motivos por los que el talento decide ir o no a una ciudad. Además, la calidad de vida de los ciudadanos mejora con un sistema de transporte eficiente. Tener un transporte smart es el futuro», añade. Y es que, según un estudio de la compañía Inrix, en los próximos 30 años el tráfico de coches en las ciudades se duplicará.

Vehículos autónomos

Una de las innovaciones curiosas que se presentan en la feria es Easy Mile. Se trata de una empresa francesa que ha desarrollado vehículos eléctricos autónomos destinados a hacer servicios de shuttle, es decir, de viajes punto a punto para el transporte de personas. «Los viajes se preintroducen en el sistema y después es el vehículo el que se encarga de recoger a la gente que espera en las paradas y de dejarlos en el destino. Todo es autónomo, y puede interactuar con semáforos, detectar a peatones y otros coches... Ya está implantado en un polígono en Francia, está en pruebas en una decena de países, y pronto lo implantaremos en una ciudad de Alemania», explica Benedikt Sperling-Zikesc, responsable de ventas de la compañía.

Mientras el coche autónomo busca su espacio, los coches de toda la vida ganan en sensores. Seat muestra en la feria el denominado León Cristóbal, «el coche más seguro de la historia de la marca». Bautizado así en referencia al patrón de los conductores, incorpora seis asistentes de seguridad, cuyas funciones pueden contribuir a reducir las principales causas de accidentes de tráfico, como distracciones, cansancio, exceso de velocidad y consumo de alcohol, que son la causa de un 80% de los accidentes en carretera.

La policía también incorpora soluciones smart. En la feria se puede ver un coche de policía que es una comisaría móvil: con todo tipo de cámaras, sensores y ordenador a bordo, permite a los agentes enviar y recibir datos como fotos, vídeo y fichas de criminales en tiempo real gracias a la conexión a la nube.

Aire más puro

Y mientras el uso de los coches eléctricos no se impone y se logra mejorar la calidad del aire, una empresa catalana muestra en la feria una forma de reducir la polución: estaciones purificadoras de aire. «Se colocan a entre 50 y 100 metros de distancia en las avenidas con más polución y tráfico, y purifican el aire para una mejor calidad de vida de los ciudadanos», explica Joaquín Cusí, presidente de UAP (Urban Air Purifier). Ciudades como Londres ya se han interesado en instalarlos.