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El BCE empieza a cerrar el grifo de sus estímulos a la economía pero sin prisa

Mario Draghi.

Mario Draghi. / periodico

Rosa María Sánchez

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha anunciado este jueves una vuelta más de cierre del grifo de los estímulos monetarios aunque no ha mostrado ninguna prisa por llegar a un cierre definitivo, para el que se ha evitado poner fecha. Draghi se ha ajustado a lo que esperaban los mercados financieros que han reaccionado con ligeras subidas en las bolsas europeas mientras que el el euro se ha devaluado hasta los 1,1691 dólares, tras haber abierto en 1,1811 unidades.

Draghi ha anunciado que el ritmo del programa de compra de deuda pública y privada por parte del BCE se reducirá a partir de enero a 30.000 millones cada mes; eso supone que el BCE reducirá a la mitad la cantidad de dinero que el BCE imprimirá e inyectará cada mes en la zona euro para favorecer la financiación de empresas y administraciones pública. Pero al mismo tiempo, los tipos de interés se mantendrán en mínimos históricos ya que, según Draghi, la economía de la eurozona y la evolución de la inflación aún se necesitan un "amplio grado" de estímulos monetarios como los que, en su opinión han contribuido a la creación de más de 70 millones de empleos en la zona euro en los cuatro últimos años.

Mínimos históricos

Así, el Banco Central Europeo ha decidido este jueves mantener sin cambios el precio oficial del dinero en el 0% (mínimo histórico en el que la tasa permanece estable desde marzo del 2016) y dejar en el -0,4% la tasa negativa con la que se penalizan los depósitos de las entidades financieras europea que permanecen improductivos en el BCE. Además Draghi ha subrayado que los tipos se mantendrán "en estos niveles" durante "un amplio periodo de tiempo", al menos hasta septiembre del 2018, mientras persista el programa de compra de activos del BCE.

"Eso significa que Draghi no verá necesario subir los tipos antes de que finalice su mandato, en octubre del 2019", ha extraído como conclusión el economista jefe de Natixis, Philippe Waechter. Draghi también ha anunciado que mantiene la llamada "barra libre" de liquidez para las entidades financieras de la zona euro hasta al menos finales del 2019. 

El inicio del 'tapering'

Al mismo tiempo el BCE ha dado vuelta de cierre al grifo ('tap', en inglés) de los estímulos extraordinarios que puso en marcha en marzo de 2015 cuando empezó a imprimir dinero en euros para comprar deuda pública y de empresas. En diciembre del año pasado ya se redujo de 80.000 a 60.000 millones el ritmo mensual de compra de activos. Draghi ha anunciado ahora que el programa mantendrá su actual ritmo de 60.000 millones mensuales hasta diciembre de este año. A partir de enero, las compras mensuales se reducirán a la mitad, a 30.000 millones de euros hasta, al menos, finales de septiembre del 2018. 

El BCE avanza así en lo que en la jerga financiera se conoce como 'tapering' (cierre del grifo) de su actual política monetaria si bien Draghi se ha reservado la opción de volver a aumentar el caudal del grifo si la situación económica empeora o la inflación se mantiene alejada del objetivo de referencia de la política monetaria del 2% (la inflación de la zona euro se situó en el 1,5% en septiembre).

Con su progresiva retirada de estímulos, el BCE sigue así los pasos de la Reserva Federal de EEUU (Fed) que ya inició en diciembre del 2013 el 'tapering' en su programa de compra de deuda.

En lugar de 'tapering', Draghi ha preferido usar el término de "recalibrado" para referirse la menor compra de activos a partir de enero próximo. "El recalibrado de nuestras compras de activos refleja la creciente confianza en la convergencia de la inflación hacia nuestro objetivo".