ALTERNATIVAS LABORALES

Jóvenes españoles, la nueva mano de obra barata en Portugal

Sede de la empresa de 'call center' Teleperformance en Lisboa.

Sede de la empresa de 'call center' Teleperformance en Lisboa. / periodico

HELENA PONCINI / LISBOA

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“Teníamos desde una Doctora en Química por la Autónoma de Barcelona hasta un economista, pasando por una bióloga o una historiadora. Los españoles contábamos siempre con formación”, describe Reyes Villajos, de 32 años. Y todos, pese a la diversidad de sus titulaciones, compartían profesión: la de teleoperador. Bienvenidos a uno de los cientos de ‘call center’ repartidos por Portugal. 

El patrón se repite en cada oficina. Jóvenes de entre 25 y 35 años, la mayoría con estudios superiores, realizan y reciben llamadas desde el otro lado de la frontera, pese a hacerlo para el mercado español. Un fenómeno en aumento por la decisión de muchas filiales de España de trasladar sus servicios de atención al cliente a territorio luso. 

La lista crece sin descanso. Multinacionales como Vodafone, MetLife, Hewlett Packard y empresas estatales como Mapfre son ejemplos de esta práctica, ya sea bajo su propio control o mediante subcontratas como Teleperformance, Sitel o Connecta. Todas ellas cuentan con sede en España y, sin embargo, prestan cada vez más servicios desde Portugal. ¿El motivo? A Reyes se lo explicaron de forma rápida y sencilla: “Así se abaratan costes”. 

No hay cifras oficiales y las empresas contactadas por este diario no han facilitado datos, pero se calcula que son cientos los españoles que trabajan en ‘call centers’ lusos. De hecho, solo en Connecta, que da servicio a Vodafone, ya son más de un centenar. 

CONDICIONES DIFÍCILES

"Se me caía el pelo del estrés”. “He visto llorar a gente muchas veces por la presión (…) Te hacen defender lo indefendible”. “Me obligaban a decir que estaba en Madrid cuando trabajamos en Lisboa”. “Llegaba a atender una media de 120 llamadas en siete horas”. Son solo algunas de las respuestas obtenidas tras recoger cerca de una decena de testimonios para la elaboración de este reportaje. Y todo por salarios que suelen oscilar entre los 600 y los 800 euros mensuales, incluidos complementos. Una remuneración media que solo es más baja en países como Hungría, Bulgaria, Rumanía o Ucrania, de acuerdo con un estudio sobre el sector a nivel europeo. 

Las ofertas de trabajo de teleoperador se cuentan por decenas en los principales portales de empleo e incluso en las páginas de Facebook creadas por la comunidad de expatriados aparecen anuncios casi a diario. Tanto es así que aparentemente resulta difícil ser español y no encontrar trabajo en un ‘call center’ en Portugal, donde la tasa de paro se sitúa alrededor de un 12%, ocho puntos menos que al otro lado de la frontera. 

Al abrigo de un ambiente favorable, tanto por los menores sueldos como por la ausencia de convenio propio, cada vez son más los ‘call center' en territorio portugués. Los últimos estudios a nivel europeo apuntan a un aumento de la actividad del 9% en el 2014, y el sector emplea ya a 55.000 personas en todo el país.

CARA Y LA CRUZ

Pese a todo, las condiciones laborales son vistas por algunos como un mal menor frente al desempleo. “En dos semanas conseguí trabajo. Los sueldos son bajos, pero te pones a buscar y algo encuentras” explica Luís Adolfo Sánchez, un joven mitad portugués, mitad español, que probó suerte en Lisboa después de varios meses sin trabajo en Madrid.  

Una opinión compartida por muchos de sus colegas de trabajo. Sin embargo, pocos son los que no abandonan o buscan una alternativa. “Después de estar pasando penurias, llega un momento que dices hasta aquí”, sentencia Sara. Desde 2013 encadenaba un ‘call center’ tras otro y ha decidido ahora regresar a Madrid, quizá para cursar un bachillerato que nunca comenzó: “Antes, este tipo de empleo era para gente sin educación superior. Hoy en día hay gente muy formada trabajando en esto, creo que es el momento de estudiar y prepararme para un futuro”.