ALIMENTACIÓN

Damm alcanzará una facturación de 1.000 millones de euros este año

«Pescanova ha sido una puñetera estafa», asegura el presidente Demetrio Carceller

Enric Crous , director general de Damm.

Enric Crous , director general de Damm.

JOSEP M. BERENGUERAS
BARCELONA

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La compañía cervecera catalana Damm se ha puesto como objetivo alcanzar los 1.000 millones de euros de facturación este año. Y logrará este crecimiento anual de casi el 10% gracias a, según aseguró ayer el presidente de Damm, Demetrio Carceller, la recuperación del mercado interior y la expansión internacional.  Todo ello pese a la fallida inversión en Pescanova, que fue calificada por el directivo de «puñetera estafa».

La empresa que dirige Enric Crous aumentó las ventas el año pasado hasta los 909 millones de euros (900 millones en el 2012), con una importante parte del negocio logrado en el exterior: el 15% del total de las ventas, con un incremento del 18% respecto del 2012. Esta será una de las palancas por las que apuesta la firma, que no descartó ni mucho menos adquisiciones.

CUOTA / En España, la firma logró mantener un 26% de cuota en el mercado de la cerveza el año pasado, mientras que Cacaolat, que ya está en números positivos, alcanzó una cuota del 40% en Catalunya en el segmento de batidos. «El objetivo es que también sea líder en España», comentó Carceller, un propósito para el que de momento no hay fecha concreta. Para lo que sí hay planes es para la ampliación de la fábrica de El Prat: la empresa compró en el 2013 dos parcelas anexas para hacer crecer la planta, unas obras que comenzarán «seguramente en dos años», cuando la producción de la fábrica esté al máximo.

Pese a la subida de los ingresos, el beneficio de la empresa cayó el 14,6% (de 82 a 70 millones de euros) debido a la inversión de la firma en Pescanova. De hecho, Carceller cargó duramente contra lo acontecido: «Pescanova ha sido una estafa de 40 kilos», afirmó el directivo, en referencia a los 40 millones de euros que el grupo tuvo que provisionar en sus cuentas del 2013 por su fallida inversión y que da por perdidos («no esperamos recuperar ni un euro») pese a que acudirán a los tribunales para denunciar la gestión de la firma, que ha acabado en manos de la banca acreedora.

Carceller destacó que tanto Damm como su socio Luxempart hicieron «todo lo posible para salvar a la empresa, porque se lo merecía, sobre todo los trabajadores, que su comportamiento es de 10». Sin embargo, este es ya «un tema del pasado». «Se acabó. Ni una lágrima más por Pescanova», concluyó.