El lento tren va llegando

Los trenes son una imagen y un símbolo habitual en la música popular, particularmente en la estadounidense, como metáfora de la huida o de lo que está por venir. Muchas de las canciones de Jimmie Rodgers o Johnny Cash son un buen ejemplo.

Pero también aquella de Bob Dylan cuando se convirtió al fundamentalismo cristiano que decía: «A veces me siento tan deprimido y disgustado / No puedo evitar preguntarme qué está pasando con mis compañeros / ¿Están perdidos o se han encontrado? ¿No han tenido en cuenta el coste de hacer desaparecer / todos los principios terrenales que van a tener que abandonar? / Hay un lento tren que viene, girando en la curva allá en lo alto».

Nos sirve como banda sonora de lo que sucede en los mercados. Los trenes sirven para irse, como se van con sus ventas los inversores en muchas sesiones. O para volver, como retornan al apostar de nuevo por las compras. Pero el lento tren que está llegando parece llevarnos en la senda alcista a medio plazo.

Tras varias sesiones de corrección, la mejora de la deuda pública de ayer sirvió de excusa para aprovechar la rebaja de los precios de los últimos días. Con la banca al alza tras varias jornadas de castigo, el Ibex 35 subió el 1,31%, a los 9.865,9 puntos, mientras que la prima bajó a 230 puntos básicos, cerca del nivel mínimo en tres años. Bankinter, precisamente, está utilizando los AVE entre Madrid y Barcelona para promocionar el incremento del crédito a las empresas en 5.000 millones que quiere hacer en tres años: síntomas de que el lento tren está llegando.