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Los salarios, ¿suben o bajan?

CARLOS OBESO

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, vendió en Japón la buena noticia de que no es que los salarios bajaban en España sino que lo hacían los costes laborales unitarios (CLU). Se trata de un concepto diferente del que centra la atención de estos días, la polémica de si los salarios suben, como afirma el ministro Cristóbal Montoro, o bajan, como sostiene el presidente de la CEOE,  Juan Rosell. Y de si tenemos que alegrarnos de que sigan bajando.

Seamos generosos con Montoro. Es relativamente verdad que los salarios nominales han crecido en España desde 1978, incluso un 0,56% (cifra provisional) en los convenios registrados el 30 de septiembre del 2013. Sin embargo, su afirmación es engañosa por varias razones, sobre todo porque los salarios nominales indican lo que ingresamos pero no nuestra capacidad de compra, que depende del incremento del precio de las cosas. Por ejemplo: la popular tarjeta de transporte T-10 de Barcelona, ha pasado de valer 7,20 euros en el 2008, a  costar 9,80 en la actualidad, casi un 40% de incremento.

Si deflactamos los incrementos salariales con el incremento de precios al consumo o el PIB, nos encontramos con que los salarios reales, en España, han disminuido un 5,94% entre el 1994 y el 2006 y un 7,1% desde el 2010.

Si los salarios bajan, pero nuestra competitividad no mejora, ¿por qué insistir? Porque una gran mayoría de empresarios solo ve el salario como un coste. «Si bajan los salarios, mis productos serán más baratos y se venderán más, con lo que mantendré o haré crecer el empleo», razonan.  Parece lógico, pero no lo es.

Hay que remontarse al 5 de enero de  1914, cuando Henry Ford dobló el salario de sus trabajadores hasta 5 dólares la hora. ¿Por qué lo hizo? Para que sus trabajadores pudieran comprar los coches que él mismo fabricaba. Y es que, si los salarios bajan, la capacidad de consumo interno será menor y los empresarios, no todos, tendrán menos posibilidades de vender sus productos.

Si es así,  ¿por qué Rosell dice que los salarios son bajos en relación a Europa, pero que la economía crecerá a partir de 2014? Porque puede ser cierto cuando lo dice en el Consejo Empresarial para la Productividad, que reúne a grandes empresas con capacidad para exportar, menos expuestas al consumo interno, pero con capacidad para  atrapar buena parte de ese consumo.

Y las pequeñas empresas, que dependen del consumo interno, ¿por qué apoyan las reducciones salariales que lo debilitan? Por ceguera, porque se imponen las empresas más poderosas o porque el elevado desempleo fuerza a la baja los salarios de los trabajadores.

¿La solución? Puede que, parcialmente, pase por una mayor centralización sectorial de la negociación colectiva. Es la cuestión en la que hay que centrarse a partir de ahora.