Rajoy mueve ficha

Mariano Rajoy abre hoy el diálogo social inexistente en el primer año y medio de su legislatura que se ha caracterizado por los recortes, la reforma laboral y el aumento del paro. Con la presión de más de seis millones de desempleados -el 57% jóvenes- y con una caída espectacular en las encuestas, el presidente, según fuentes de la Moncloa, pretende apelar a la«responsabilidad de Estado» de sindicatos y patronal para asegurarse la paz social y desactivar a la oposición política, una vez que el PSOE ha presentado una alternativa económica que incluye propuestas de empleo.

Esta será la primera vez en que el presidente del Gobierno, al que acompañará la ministra de Empleo, Fátima Báñez, se vea las cara en la misma mesa con Ignacio Fernández Toxo (CCOO), Cándido Méndez (UGT), Juan Rosell (CEOE) y Jesús Terciado (CEPYME). A pesar de la novedad del encuentro, no cabe esperar un pacto de Estado por el empleo como el reclamado por las centrales y los partidos de la oposición.

Rajoy ha optado por la equidistancia entre la patronal y los sindicatos al afirmar este lunes que no cambiará la reforma laboral ni para desregular más el mercado laboral ni para recuperar los derechos perdidos; prefiere ir consensuando medidas concretas, ya que no cambiará su prioridad de lucha contra el déficit.

Plan de empleo

Pero nada se sabe de incentivar la economía para luchar contra el paro, más allá de que Rajoy se apunte el plan europeo contra el paro juvenil, que movilizará 60.000 millones de euros, que preparan Alemania y Francia. El jefe del Ejecutivo viajará a París el próximo 28 de mayo, día en que Merkel y Hollande presentarán la iniciativa.

Los líderes de CCOO y UGT acudirán hoy a la Moncloa con un documento de unas 15 páginas para demostrar que es posible combinar la reactivación de la economía con la reducción del déficit y defenderán una revisión de la política fiscal para que parte del dinero recaudado por fraude se destine a políticas activas de empleo. Asimismo, pedirán la recuperación de ayudas para las familias y parados de larga duración a lo que se les han acabado las prestaciones.

La CEOE, que comparte con el Ejecutivo la preeminencia de la lucha contra el déficit, será cauto ante las propuestas que pretendan acabar con el rigor presupuestario. Ya ha advertido Juan Rosell de que las alternativas se deben estudiar con la calculadora en la mano. La patronal no pierde la ocasión para pedir más reformas del mercado de trabajo y una rebaja de las cotizaciones sociales, dos cuestiones que el Gobierno ha rechazado de momento: la primera, porque considera que la reforma laboral vigente permite que las empresas adopten medidas alternativas al despido, y la segunda, para no detraer más dinero a las escuálidas arcas públicas.

En lo único que coinciden todos los interlocutores es en que debe fluir el crédito para impulsar la recuperación.

El presidente pedirá a los agentes sociales que agilicen la negociación colectiva para que no decaigan los miles de convenios ahora bloqueados como consecuencia de la reforma laboral y evitar así que aumente la conflictividad en los próximo meses. Sindicatos y patronal han mantenido varias reuniones técnicas sobre este asunto pero aún no hay acuerdo sobre el periodo de prórroga de los convenios.

La reforma de las administraciones públicas y de las pensiones, cuando se acuerde el factor de sostenibilidad que pide Bruselas, están también en la agenda de hoy. El Gobierno ha sacado ambas cuestiones del debate político para evitar tratarlas con el PSOE, que las agita como bandera de sus críticas.

La cita de la Moncloa tendrá su réplica por boca de Alfredo Pérez Rubalcaba, que presentará a los sindicatos de Asturias su plan de reactivación de la economía. Ya el lunes ambos líderes llevaron agendas paralelas y así volverá a ser el fin de semana. La crisis obliga a todos a aguzar el ingenio.