INICIATIVA PARA LA IGUALDAD EN LA ECONOMÍA

Las cien campanadas

La bolsa 8 Maite Fandos, Montse Gatell, Irene Natividad y Joan Hortalà.

La bolsa 8 Maite Fandos, Montse Gatell, Irene Natividad y Joan Hortalà.

EVA PERUGA
BARCELONA

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La campana de la Bolsa de Barcelona tocó ayer a rebato para alertar de la escasa presencia de las mujeres en los órganos directivos de las empresas. Por sexta vez, Irene Natividad ofició este acto simbólico en una bolsa, ayer en la capital catalana, en el que un centenar de políticas, empresarias, directivas y profesoras de universidad, entre otras, sumaron la fuerza de su presencia como contraste al escaso 10% que ocupan las mujeres en los centros de poder económico empresarial.

El toque de campana lo compartió Elisabeth Trallero, como presidenta de la EWMD (European Women Management Development) que, junto a la organización que dirige Natividad, Corporate Women Directors International (CWDI), organizaron el acto como parte de su labor de empoderamiento femenino en la economía. Natividad no hacía ni 24 horas que había aterrizado en la ciudad. A un mal global, ella aplica un compromiso internacional a favor de la igualdad de oportunidades, en positivo y con cuenta de resultados de bandera.

El Global Summit of Women, que este año tendrá lugar en Grecia, está tejido con los pensamientos innovadores y eficientes de Natividad, su presidenta. A media tarde, ante el primer bocado del día tras llegar a Barcelona, derrocha convicción en sus cumbres de mujeres líderes :«No se habla de los problemas. Los conocemos y son los mismos en todos los países». Su propuesta es armar a las mujeres asistentes a la cita con herramientas, contactos, información sobre las iniciativas y alianzas,«muy importantes en la economía global» para actuar. Ponerse en marcha porque, como anota Natividad, la economía es el camino para llegar al poder.«Cuando una mujer gana dinero, tiene voz en casa, en la sociedad y, eventualmente, el poder político», concluye.

Otra cultura

Sucede que:«Ellas son extranjeras en el mundo de los negocios. No es su país, no ha sido creado por ellas, no es su cultura ni tampoco se habla su lengua. Se sienten en él como inmigrantes».Para esta mujer nacida en Filipinas y residente en Washington, donde gravita el poder,«las cuotas son necesarias para acelerar el proceso».Lo natural sería la igualdad, dado que las mujeres, según la divisa de su próxima cumbre, son el motor del crecimiento económico. Pero no es así. Por si faltan datos, esgrime una investigación en 36 países: cuando las mujeres llegan arriba dan«más oportunidades a las mujeres». Ayer, mal dormida y mal comida, se quedó con el badajo en la mano. Pura fuerza.