Conozca a Pau Donés como la palma de su mano

Le leemos la mano al líder de Jarabedepalo, que acaba de publicar su noveno disco

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ANA SÁNCHEZ

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DE ANTEMANO

DE ANTEMANOA él le podría leer la mano hasta una becaria de bruja. No hay más que echar un vistazo rápido para hacerle una radiografía sentimental. “A M O R”, se lee tatuado en el dorso de los dedos de la mano derecha. “S A R A”, añade la otra. Enseña las letras con el pecho henchido. Sara es su hija de 10 años. 

Pau Donés. 47 “tacos”, que según los cánones de los 90, pesan menos que los años. Padre soltero con estribillo sentimental antipegadizo: “Yo soy un alma libreeee”. Es la cara y voz de Jarabedepalo (todo junto, de carrerilla, como su fama). Ya va por su 9º disco: 'Somos' [de venta en Internet y tiendas FNAC], pero aún le siguen preguntando quién es 'La flaca' que le hizo millonario hace 19 años. Respuesta de Trivial: una cubana llamada Alsoris Guzmán Morales.

El cantante hace honor a su encabezado musical: “En la vida aprendemos a base de eso, de palorretes”, se justifica. “Pero, al final, de todas esas pequeñas o grandes enseñanzas acabas saliendo tú”. Él ha acabado saliendo un hombre de montaña que mira la vida con filtro Monty Python: procura ver siempre el lado positivo. Independiente y cabezota. Tímido, jura él, aunque nadie lo diría. Y eminentemente motero (acumula en el garaje una Harley, una Vespa y una Ducati 175). Sus antecedentes: le echaron de siete colegios –“era disléxico e hiperactivo”–, y viaja con la misma maleta desde hace 16 años. “Soy fetichista, sí. Si me regalas algo que no me gusta, te lo devuelvo”.


Ha leído 10 libros en toda su vida. O menos. 

Es disléxico. Sí. Como me cuesta leer, no me gusta leer.

Qué ironía. Usted es un libro abierto: se le puede leer con sus tatuajes. Sí.

En un brazo, dos raspas de sardinas. Llegó a comer sardinas tres veces por semana. O más. 

Cuando dejó la agencia de publicidad. Correcto. Con ese símbolo empezamos en el grupo.

Tampoco pasó hambre. No [sonríe]. Con estos mofletes, ¿qué quiere? No, hambre no.

Otro tatuaje: un corazón y una corchea sobre una bandera rasta. Sí [se mira de reojo el brazo].

¿Usted qué tiene de rasta? Mogollón. Yo era superfan de Bob Marley.

Los rastas no se van a esquiar a Baqueira. O sí. Hace días que no va a Baqueira [se ríe]. Hay mogollón de surfetas con sus 'dreadlocks' [rastas].

En el otro brazo tiene letras japonesas: “Amistad, vida y amor”. [Asiente]. 

¿Cuántos amigos tiene? Mmmmm. Cinco. Amigos que son como hermanos, cinco.

¿Y amores? Más de uno.

¿Menos de 10? No lo sabría decir. Vivimos en una sociedad castrada por la religión católica.

¿Eso es una excusa para tener más de una novia? No. El catolicismo es una excusa para que solo tengamos una. Y yo digo: igual que tengo varios amigos y quiero a varios hermanos, ¿no puedo querer a varias mujeres?

Por eso tiene dos colibrís tatuados. Soy alma libre. Aquí [se señala el estómago] tengo la letra de una canción.

¿Cuál? 'Déjame vivir'. Una estrofa muy concreta: “Déjame vivir libre, pero a mi manera. Y volver a respirar de ese aire que me vuelve a la vida”.

Tiene tatuado mucho “amor”. Este [enseña el antebrazo] me lo hice para mi madre, que murió hace mucho tiempo. “Amor de madre. Nuria”.

Le tocó ejercer de madre con 16 años . Es el mayor de los 4 hermanos. Sí, eso es telilla. La vida te enseña a vivirla y a relacionarte.

¿Por eso ahora no se compromete con ninguna mujer? Noooo, no tiene nada que ver.

Miedo al abandono. Yo me comprometo mogollón.

Pero con varias. Correcto [se ríe].

¿Ha llorado mucho? No. Yo he sufrido mucho por no llorar. Me creí eso de “los niños no lloran”. Cuando ya vi que llorar es muy sano, no supe cómo hacerlo.

¿Qué confesaría a punta de pistola? [Lo piensa]. 

Ha visto ‘Grease’ cinco veces. Sííííí [sonríe]. ¿A punta de pistola? Que nunca besé a La flaca. Cuando iba a hacerlo, me quedé dormido.

¿Se quedó dormido? Porque salimos de fiesta. Yo estaba superenamorado de ella. Y a ella le gustaba la ayudante de dirección. LA ayudante de dirección. Pero le dije: “Tengo que acostarme contigo”. Me tumbé sobre ella y lo siguiente que recuerdo es que me desperté. Y escribí 12 versos que vendieron 2 millones de discos.

Usted podrá resumir su vida en un estribillo pegadizo. “Depende. De según cómo se mire todo depende”.


El éxito le llegó con una campaña de tabaco. Sí. 

¿Esa fama crea adicción? Según a quién, sí. A mí la fama no me crea ansiedad.

¿Volvió a Cuba a celebrarlo con alguna flaca? Sí, con La flaca. Fuimos a tocar al año siguiente al teatro Karl Marx.

¿Y lo celebró bien? Bien [se ríe].

¿‘La flaca’ le hizo millonario? En pesetas, sí. Si ser millonario es tener más de uno, me hice millonario.

¿En euros? También. Vendimos dos millones de discos solo de 'La flaca'. Eso es un dinerín. 

¿Aún vive de las rentas? Sí. No estoy preocupado por el dinero. Sé que nunca me va a faltar.

Porque tiene dinero. O porque sé cómo ganarlo. Si me lo gano con la música, bien. Pero si no, no se me caen los anillos. Haría de agricultor, de ganadero... Soy de montaña.

¿Le incomodan las críticas? Si son destructivas, sí. Me toca los huevos la gente que te critica con malas intenciones. 

Le acusan de plagiarse a sí mismo. Pero ha sido un periódico de broma ['El Mundo Today'].

 ¿Le molesta? De estos, no. 

Lo más surrealista que ha oído sobre usted. Que era homosexual y heroinómano. Y no he sido ni soy ni una cosa ni la otra. De momento, no.


Dice que se enamora cada día. Procuro. 

¿De quién se ha enamorado hoy? De usted, por ejemplo.

Pero mañana se le olvidará cuando se enamore de otra. Eso también es posible, sí [se ríe].

Resume su vida amorosa como “un desaguisado sentimental”. Hay una frase de Chavela Vargas que lo explica rápidamente: “A nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ese es el precio que tienes que pagar, la soledad”. Por eso mi vida es un desaguisado.

Dice que adora la soledad. Sí. Sí, sí.

¿Seguro? Superseguro. Una cosa es la soledad y otra, sentirse solo. Sentirse solo quiere decir no sentirse querido. Y, por tanto, no poder querer. Eso es horroroso. Yo adoro estar solo, pero no sentirme solo.

Ha escrito casi 100 canciones de amor. Las tendría que contar. 

Pero es incapaz de decir “te quiero”. Me cuesta mucho, sí. Ahora menos, desde que soy padre.

Padre soltero. Sí.

La paternidad –dice– es un cuento que utilizan los hombres para conquistar otras mujeres. ¿Funciona? Lo dije en tono de humor, pero sí, funciona. Tener un perro, a poder ser un San Bernardo, e ir con un carrito al parque... Y decir: “Soy padre soltero”. Es demoledor.

¿Tiene un San Bernardo? Tengo tres [se ríe].