MEDIO SIGLO DE REIVINDICACIONES

Vecinos decanos

La Associació de Veïns de la Torre Llobeta obtiene el Premi Nou Barris. La entidad, la más antigua de Barcelona, cumple 50 años

Con el premio 8 Forns y Sempere, de la AAVV de Torre Llobeta.

Con el premio 8 Forns y Sempere, de la AAVV de Torre Llobeta.

L. B.
BARCELONA

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«Este galardón coincide con el 50º aniversario de nuestra entidad y reconoce una trayectoria dedicada a mejorar la calidad de vida en nuestro barrio», explica Joaquim Forns, presidente de la Associació de Veïns i Veïnes de la Torre Llobeta i Vilapicina, que es la más antigua de Barcelona. Forns tenía claro que en la entrega de premios debían estar los expresidentes de la entidad.«Solamente llevo ocho años al frente de la asociación y este premio también les pertenece», afirma este vecino mientras muestra la pequeña réplica deLa Repúblicaque le entregaron el pasado mayo en el acto.

Con apenas 200 socios, la asociación representa los intereses de unos 25.000 vecinos.«Antes teníamos muchos más asociados. En los años 40 y 50 la gente estaba más unida porque no teníamos nada. La riera de Horta, por donde ahora pasa la calle de Cartellà, se inundaba, las calles estaban sin asfaltar y no había alcantarillado», recuerda el líder vecinal.

En activo con 89 años

Desde una de las ventanas de la sede de la entidad (calle de Santa Fe, 5), pueden contemplarse dos auténticos símbolos que han marcado la historia de la asociación: las tres palmeras de la plaza de la Torre Llobeta y la masía del siglo XV que da nombre al barrio, y que hoy ha sido reconvertida en centro cívico.«Desde el 2006 organizamos un concurso de dibujo entre los niños de las escuelas del barrio y el ganador se convierte en el cartel de la fiesta mayor. El único requisito es que aparezcan las palmeras, porque simbolizan la fortaleza del vecindario», cuenta Forns, quien aún recuerda el alboroto formado cuando en las obras de un aparcamiento debajo de la plaza de la Torre Llobeta estuvieron a punto de arrancar de cuajo su más preciado patrimonio natural.

«Hemos sido una asociación muy guerrera y de las primeras enokupar, conk, una masía como Torre Llobeta para evitar que la derribaran», aclara el presidente de la entidad. Forns recuerda anécdotas como la del chico que en 1983 dejó plantada a la novia en el altar para unirse a la gente que protestaba por el desalojo de una finca. El novio era uno de los dos hijos de Fina Sempere, cofundadora de la asociación y aún en activo a sus 89 años.«Todavía recuerdo ese día. Veíamos desde la ventana que los operarios del ayuntamiento estaban vaciando nuestra masía y salimos corriendo de casa», rememora la veterana socia, quien se considera una persona muy dialogante.«Soy muy tranquila, y creo que todo puede arreglarse hablando», puntualiza.

El papel de la asociación ha evolucionado en este medio siglo de vida.«Nuestra sede era un punto de encuentro para los vecinos en aquella época en la que no había biblioteca nicasals. Ahora puede parecer que somos únicamente el centro de quejas del barrio, del que solamente te acuerdas cuando tienes algún problema», aclara Forns. Pero la realidad es otra. La asociación, entre otras actividades, también organiza cursos de catalán con profesionales del Consorci de Normalització Lingüística y los fines de semana se convierte en un caujuvenil.