SARRIÀ-SANT GERVASI
Las batallitas del abuelo
El barrio de Vallvidrera era tan tranquilo a principios del siglo pasado que sus vecinos no necesitaban mirar el reloj.«En invierno había un funicular cada media hora y era tal el silencio que sabíamos la hora por las pisadas de la gente que salía de la estación», explica Francesc Tomàs en uno de los vídeos del proyecto Memòria Oral de Sarrià-Sant Gervasi, que reúne el testimonio de 37 vecinos mayores de todos los barrios del distrito. Estos vídeos, y uno de resumen de 50 minutos, fueron entregados el pasado jueves al Arxiu Històric de Barcelona y se pueden ver también en internet como testimonio de una vida casi olvidada que sus anónimos protagonistas resucitan.
«Muchas de las personas que entrevistamos nacieron antes de la República y tienen recuerdos de la guerra», explica Jesús Mestre, el historiador que ha coordinado este trabajo de recuperación de la memoria. Mestre tuvo que hacer cambios durante su trabajo.«Al principio utilicé un cuestionario cerrado, pero no funcionó. Luego vi que la gente prefería conversar más que responder y así fueron saliendo los temas principales: la familia, el barrio, la parroquia, la guerra...»,añade satisfecho el historiador poco antes de entregar los vídeos al Arxiu Històric en un emotivo acto en el Teatret de Sarrià, donde los ancianos participantes, que han pasado su vida en el distrito, recibieron un obsequio.
«Es muy importante este trabajo porque la gente no recuerda lo que hicieron los mayores»,explica Joaquim Maestre, vecino de Sant Gervasi, de 86 años. Este pionero de las relaciones públicas en la ciudad, que aparece en el vídeo de su barrio, destaca de entre sus recuerdos«la tranquilidad de Sant Gervasi».
En el vídeo de Vallvidrera Rosa Ponsa recuerda el día en que la peste rondaba a los vecinos:«Estuvimos en cuarentena y el amo de una masía prometió a san Sebastián, patrón de Vallvidrera, que si curaba a todos los vecinos de la peste nunca le faltaría a nadie el pan. Desde entonces, en la segunda pascua se regalaba pan a los que venían a buscarlo, de Gràcia, de Sarrià... Lo pagaba el pueblo».
Y Francesc Tomàs también cuenta que Vallvidrera no estaba en la montaña, como ahora, sino abajo, en el valle, donde la estación. «Por eso se llama Vall-Vidrera».Otro vecino recuerda que en los túneles de los Ferrocarrils se recogían champiñones. Conxita Santidrian, de Sant Gervasi, aclara que el complemento«de Cassoles»no viene de los cacharros de cocina sino de las«casas solas», aisladas, que había en el barrio. Y como estas, cientos de anécdotas más. Para verlas y oírlas basta buscar las palabras claveprojecte, memòria oral y sant gervasien Youtube o el enlace enbcn.cat/sarria-santgervasi.
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