«En Les Corts se puso la primera epidural de España»

Deporte, universidad, investigación y medicina son algunas de las mejores cartas que se juegan en Les Corts. En este distrito, Maternitat y Tanatorio dotan a la ciudad de un frecuentado lugar para llegar y otro para partir. En el primero de ellos, se desarrolló una parte clave de la historia de la medicina perinatal de España. Formación académica y muchísima práctica, atendiendo a parteras solteras y casadas -en pabellones diferentes según su condición- dieron a sus médicos experiencias para sentar precedentes en la ginecología del país. El doctor Josep Maria Carrera estuvo entre ellos.

«Aquí en la Maternitat de Les Corts se puso la primera epidural de España»,explica Carrera. Antes de eso, el doctor asistió infinidad de nacimientos con dolor natural.«Podíamos llegar a hacer unos 30 partos al día. Las mujeres parían por todas partes, en el ascensor, en el cuarto de baño... Las comadronas estudiaban en la Maternitat y hacían allí su residencia, pero luego se iban a otros hospitales porque eran las primeras preparadas con formación y en todas partes las necesitaban», comenta.

De Galicia a Les Corts

Josep Maria Carrera nació en Navarcles (Bages), en 1937. Se licenció en Medicina en Santiago de Compostela.«Durante el bachillerato trabajé en la farmacia de mi pueblo y el titular, que había estudiado en Santiago, aconsejó a mis padres que me mandarán allí. Como siempre llovía, estudié mucho»,recuerda. De Galicia, Carrera pasó a formarse como ginecólogo-obstetra en la Maternitat de Barcelona, bajo la dirección de Santiago Dexeus Font.«Aquí me formé y empecé a trabajar. Había semanas que dormía en seis camas diferentes, porque hacía guardias en la Dexeus, en Santa Madrona y en la Maternitat. Se pencaba mucho, el trabajo no faltaba. Lo que no había era dinero»,rememora.

«La historia de la Maternitat es rica y complicada. En el pabellón rosa se atendía a las embarazadas solteras y en el azul, a las casadas. La ecografía no existía, pero se hacía una obstetricia muy pulida y limpia», cuenta el médico, que vive a una calle de Les Corts, puesto que la Diagonal marca el límite del distrito, y tiene también a una calle de Les Corts, al cruzar la avenida de Tarradellas, la sede de su oenegé Matres Mundi.

En Les Corts, Carrera ha aprendido tantísimo sobre la llegada al mundo de una criatura, que hoy, a sus 75 años, y en plenas facultades, además de organizar y asistir a congresos de medicina perinatal por todo el mundo, ofrece su sabiduría a las comunidades más pobres del mundo.«En el África subsahariana hay un médico para cada 20.000 habitantes, cuando aquí tenemos uno para cada 300», detalla.«La tasa de mortalidad es 200 veces mayor que la de Catalunya», añade el doctor. Su oenegé fue premiada el pasado noviembre por la fundación Ordesa con 250.000 euros por su proyecto de Hospital Materno-infantil Docente en Adís Abeba, pieza clave de la Escuela Internacional de Medicina Perinatal para Africa (ISPEMA).

«Evitar las altas cifras de mortalidad materna, perinatal e infantil y prevenir las infecciones, hemorragias, hipertensiones, fístulas y el paludismo son los objetivos del proyecto», puntualiza el ginecólogo. Padre de cuatro mujeres, y hoy abuelo de cinco nietos, Carrera se volcó en la ayuda al desarrollo médico en las zonas más vulnerables del planeta al enviudar.«Necesitaba un revulsivo, ocupar mi mente»,afirma.

Abierto al mundo

Al actual Palau de Congressos de Catalunya, situado en la avenida de la Diagonal, en la entrada de la ciudad, es muy reciente, pero el distrito de Les Corts cuenta con una larga tradición de congresos médicos de ámbito internacional.«En el Hotel Princesa Sofía se alojaban siempre la mayoría de invitados y en el auditorio del antiguo edificio de Banca Catalana tenían lugar las reuniones»,explica Josep Maria Carrera, autor de 45 libros de su especialidad médica y de un centenar de cursos sobre ello.

La profesión le trajo a Les Corts y dentro, o justo en el límite del barrio de Sant Ramon-Maternitat, ha vivido desde que se instaló en esta ciudad en la que ha dado la bienvenida a miles de vidas. «Cuando llegué, todo eran campos alrededor de unas pocas masías. Y los vecinos de Les Corts, cuando iban al centro de la ciudad, decían que bajaban a Barcelona»,cuenta.

Su mundo en Les Corts se concentraba en su labor hospitalaria. A lugares como Casa Jacinto (avenida de Carles III, 29), restaurante habitual de los médicos de la Maternitat, hacía sus pequeñas escapadas, entre nacimiento y nacimiento.