UNA historia de CIUTAT VELLA... Parroquia de Sant Pere de les Puel·les

Destierro de las monjas de una iglesia milenaria

El templo del barrio de Sant Pere sufrió dos saqueos y varias reformas en sus 1067 años

Fachada 8 El templo y la tranquila plaza de Sant Pere.

Fachada 8 El templo y la tranquila plaza de Sant Pere.

SARA MINGOTE
BARCELONA

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Han pasado ya 1067 años desde que se erigió la parroquia de Sant Pere de les Puel·les, un templo que en el año 985 fue arrasado por las tropas de Almanzor y en 1808 por las napoleónicas, vio como sus monjas eran vendidas y desterradas, y cuyo edificio se convirtió en prisión y experimentó terribles estragos en su fisonomía.

Ahora, el templo descansa en la tranquila plaza de Sant Pere, en el histórico barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera. Es el primer templo benedictino de la ciudad, aunque para muchos es un gran desconocido a pesar de su convulso pasado. Pero en el barrio, «es un templo conocido sobre todo por los inmigrantes y la gente mayor», afirma el párroco Josep Maria Martí , que lleva 12 años ejerciendo de rector, y que lamenta que los jóvenes apenas se acercan a esta iglesia.

Estructura original

La actual iglesia formó parte de un monasterio que se construyó en el año 945 para rendir homenaje a san Saturnino, obispo de Tolosa de Languedoc, a petición del conde Sunyer y la condesa Riquilda. Y es el testimonio vivo más antiguo de la vida religiosa femenina en Catalunya. La parroquia formó parte de un monasterio femenino fundado en el siglo X -del que todavía conserva una cruz griega original así como columnas monolíticas-, pero sufrió grandes cambios en su apariencia tras su conversión en fortín en el siglo XIX y su incendio en la Semana Trágica.

Aunque, según explica Guillem Gasulla -encargado de hacer de guía turístico por el templo y voluntario desde hace más de seis años- la iglesia conserva su estructura original que data del año 945 y por ello, se la puede considerar «la parroquia con más años de toda Barcelona», pese a que la guerra civil también hizo mella en ella.

El rector Josep María Martí, que repasa no solo el pasado del centro religioso, sino también el presente, destaca la excelente labor de los voluntarios y su gran dedicación. Martí, sin embargo, opina que «hay pocos, alrededor de una treintena». Uno de ellos es Alejandro Ruiz, que ayuda tanto a Cáritas --el templo alberga un espacio para dicha organización-- como a la misma parroquia, y afirma: «Todos los martes ayudo en la venta de velas, colaboro en el mantenimiento, abro la iglesia a las 8.30 y la cierro a las 19.30».

También Agnès Minart aporta su grano de arena. Ella se ocupa de la secretaría parroquial, de manera voluntaria y colabora en el boletín informativo de la parroquia.

El rector, explica que además de las misas que se ofician en el templo benedictino, visita residencias de ancianos del barrio. Martí apunta que la comisión cultural de Sant Pere de les Puel·les «organizar excursiones los domingos, conciertos, visitas guiadas, exposiciones, conferencias y fiestas parroquiales».

La iglesia, aposentada en un barrio lleno de vida, parece haber sido víctima del abandono. Pocos son los que se paran ahora ante su solemne estructura -cuya fachada fue restaurada en el año 1911 por Eduard Mercader- y se atreven a entrar.

Los que se decidan a repasar el templo, descubrirán un techo con relieves renacentistas, un portal gótico del s. XV, un campanario barroco o una cruz griega que data del siglo X con vueltas de cañón alrededor de la cúpula. Las continuas reformas impiden atisbar la descarnada huella que el peso de más de mil años han dejado en el templo.