Cyrille Regis, el póster de la igualdad

Fue algo más que un futbolista porque su figura trascendió como un símbolo de toda una generación, un talismán para los futbolistas negros que emergían en ese deporte. Cyrille Regis nació en la Guayana Francesa (1958), pero emigró a Inglaterra a los cuatro años y trabajó de electricista antes de convertirse en un líder. Su pérdida el pasado domingo, víctima de un ataque al corazón a los 59 años, fue llorada especialmente en Birmingham, dónde brilló con el West Bromwich Albion, pero también en el resto del país. Condecorado con la Orden del Imperio Británico en 2008, Regis fue ejemplo, héroe y póster en miles de habitaciones.

Ron Atkinson, más conocido por ser el predecesor de Sir Alex Ferguson en el banquillo de Old Trafford y por una corta experiencia en el Atlético, fue años antes el impulsor de un trío de jugadores magníficos en el West Brom: Laurie Cunningham, Brendon Batson y Cyrille Regis. Cuando jugaron juntos, en 1978, fue el primer equipo que alineó a tres futbolistas negros. Atkinson les apodó The Three Degrees, en honor al grupo musical de Filadelfia que triunfó especialmente en el Reino Unido y que aún sigue en activo. El Príncipe Carlos de Gales les invitó a varias fiestas.

Inspiró a negros y blancos

Laurie Cunningham murió en 1989 y Brendon Batson ha aparecido estos días en televisión recordando a su amigo: «Creo que inspiró a muchos niños, negros y blancos». Cyrille Regis era el más mediático del aquel trío. Claro, era delantero centro. Un prodigio físico con unas condiciones técnicas y atléticas admirables. Quizá le pudo venir de familia porque su primo John fue medallista en relevos en los Juegos de Barcelona.

Cyrille marcó 158 goles como profesional y ganó la FA Cup en 1987 con el Coventry

    Cyrille marcó 158 goles como profesional. Sus etapas más prolíficas fueron en West Bromwich y Coventry. Con este último equipo ganó la FA Cup de 1987, su único gran trofeo. La evolución económica del mundo del fútbol la ejemplifica que cuando Regis ganó más dinero fue cerca del final, lejos de su mejor versión cuando aterrizó en el Aston Villa a principios de los noventa.

La eclosión de Regis tuvo lugar en un fútbol británico de continuos episodios racistas. En su autobiografía, titulada My Story, explica que «cuanto más abusos recibía, más rabia canalizaba en mi juego». Regis fue el tercer futbolista negro en enfundarse la camiseta de la selección. La anécdota más indigna que recuerda aconteció antes de su debut. Fue en el vestuario abriendo cartas de aficionados. En una de ellas encontró el siguiente mensaje: «Si vuelves a poner los pies en Wembley, perderás una de tus rodillas». El mensaje iba acompañado de una bala.

"Si vuelves a poner los pies en Wembley, perderás una de tus rodillas", rezaba una amenaza que encontró junto a una bala

Agente de jugadores

El mejor resumen de la relevancia de Regis seguramente lo ha escrito estos días Liam Rosenior, futbolista del Brighton y columnista de The Guardian: «Si no fuera por él, por su orgullo y valentía, por la dignidad con la que afrontó todo tipo de episodios racistas, el juego multicultural que ahora damos por descontado nos habría llevado mucho más tiempo en lograr». 

En sus últimos años, Regis se convirtió en agente de futbolistas con la empresa Stellar Group, la que representa a Gareth Bale. Las muestras de cariño hacia Regis llegaron desde todas partes. Rio Ferdinand, Sol Campbell, Alan Shearer, Gary Lineker, John Aldridge, la cantante Sheila Ferguson o el líder laborista Jeremy Corbyn han homenajeado a un futbolista singular, ídolo de toda una generación.