Chris Froome da positivo en la Vuelta con una sustancia tolerada

El ciclista británico alude al asma para usar el conocido ventolín y la UCI no lo suspende, por ahora

Sergi López-Egea

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Chris Froome, vencedor este año del Tour y la Vuelta, presentó en un control antidopaje practicado el 7 de septiembre, tras la etapa de la ronda española que finalizó en el monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria), un nivel superior al permitido de salbutamol, un broncodilatador que se utiliza para combatir el asma, del que el ciclista británico tiene permiso, razón por la cual la Unión Ciclista Internacional (UCI), que ha confirmado la circunstancia, no lo ha sancionado, aunque sí ha abierto el correspondiente expediente.

Por ahora, y según fuentes consultadas por este diario, ni en París (sede de ASO, la empresa propietaria de la Vuelta y también del Tour), ni en Unipublic (como marca de ASO en España y organizadora de la carrera) tienen constancia de la posible infracción, aunque ningún portavoz oficial de estas firmas tiene intención este miércoles de efectuar declaraciones al respecto. No es la primera ocasión en la que el cuatro veces ganador del Tour tiene problemas derivados por el uso de sustancias permitidas bajo receta (para usar términos comprensibles con el lector) debido a problemas respiratorios. Ya tuvo que justificar este uso a consecuencia de una neumonía sufrida durante la disputa del Tour de Romandía en el 2014.

Los antecedentes del Sky

Pero, a la vez, tampoco es la primera ocasión en la que el equipo Sky, la escuadra del corredor británico, debe justificar ante la UCI la utilización de sustancias autorizadas entre sus corredores, lo que ha provocado que muchas escuadras rivales, y también parte de la prensa británica, esté con la mosca detrás de la oreja y cuestione los éxitos del que se considera como el mejor conjunto del mundo; al menos, el más caro. 

Bradley Wiggins, vencedor del Tour del 2012, ya tuvo que aclarar --por lo menos lo hizo el Sky-- la recepción de un paquete sospechoso durante el Critérium del Dauphiné de ese año, que provocó todo tipo de debates en las televisiones británicos y todo tipo de artículos tanto en la prensa escrita como digital, sobre todo de Inglaterra. Esta polémica motivó ue se censuraran los métodos usados supuestamente por triunfar a toda costa del mánager del equipo, Dave Brailsford, considerado como una instituciuón en el Reino Unido y premiado por la reina Isabel II con el título de 'sir'.

Comunicado del equipo

En el caso que ahora ocupa a Froome, el Sky ha defendido en un comunicado emitido este miércoles, que su jefe de filas sufrió un ataque de asma y que por lo tanto hizo uso del ventolin para superar la crisis. "La notificación del resultado de la prueba antidopaje en la Vuelta no significa que Froome haya roto ninguna regla antidopaje. El hallazgo de la sustancia determina que presentemos las correspondientes solicitudes a la UCI para establecer cúal ha sido la causa que ha provocado la presencia elevada de salbutamol en la orina del corredor", ha matizado el Sky en un comunicado oficial.

El equipo británico ha añadido que Froome "sufre asma desde que era niño" por lo que utiliza un broncodilatador de uso corriente, el famoso ventolin, para "aliviar los síntomas y poder respirar mejor". En esta línea, el equipo ciclista explica que su jefe de filas sufrió una crisis asmática durante la tercera semana de la Vuelta por lo que bajo prescripción del médico del equipo utilizó la medicación referida durante varios días en la ronda española y mostró los certificados médicos que le permiten usar el fármaco referido. 

El antecedente de Induráin

Sin embargo, y de ahí el problema suscitado, tras la etapa cántabra de la Vuelta, el nivel de salbutamol se disparó por encima de lo permitido, que son 1.600 microgramos las primeras 24 horas. El nivel de Froome ha estado por encima de esta medida y de ahí que ahora deba justificar esta irregularidad. Froome

No es la primera vez en la que vencedores del Tour, con problemas alérgicos o respiratorios, han tenido que justificar el uso de ventolin al aparecer dosis del producto, a pesar de la autorización médica, por encima de lo permitido. Sin ir más lejos, Miguel Induráin pasó por un episodio parecido en 1994. En aquella época se informó que el campeón navarro superó los límites en la utilización del broncodilatador durante la disputa del Tour de l'Oise, una prueba menor, preparatoria del Tour, que se corrió en el mes de mayo. La comunicación de la anomalía relativa a Induráin se hizo pública durante la preparación del récord de la hora en Burdeos y levantó un gran revuelo. Al final quedó en nada.

La UCI, y de ahí la cautela con la que deba tomarse, de momento, el supuesto positivo, ha decidido no suspender al corredor aunque sí ha admitido la irregularidad en el control, de la que Froome fue informado el 20 de septiembre, mucho antes de que acudiese primero a la presentación del Tour 2018 y luego confirmase su presencia en el Giro del próximo año. De haber sido suspendido cautelarmente (lo que sucedió por ejemplo en agosto pasado con Samuel Sánchez por la presencia en la orina de una sustancia prohibida ciento por ciento) Froome habría sido apartado del Sky y no habría ni podido asistir a la presentación de la ronda francesa del año que viene ni mucho menos informar de que corría el Giro.

La comunicación oficial

"De conformidad con el Artículo 7.9.1. de las Regulaciones Antidopaje de la UCI, la presencia de una sustancia específica como aalbutamol en una muestra no requiere la imposición de una suspensión provisional", ha matizado la UCI, que a la vez ha confirmado que ahora tanto Froome como su equipo deberán justificar la causa de la anomalía.

Inicialmente, mientras se lleva a cabo todo el proceso, Froome podrá seguir compitiendo; entre otras cosas, porque se presume una investigación larga que, incluso, según como termine, puede requerir una sentencia final por parte del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo).

¿Puede perder la Vuelta?

¿Qué puede ocurrir? Mientras Brian Cookson, presidente de la UCI hasta septiembre y de nacionalidad británica, estuvo al frente de la federación internacional anteriores casos que afectaron al Sky se solventaron sin aparentes problemas para ellos. Ahora el máximo dirigente de la institución es un francés, David Lappartient, a quien desde algunos sectores se le compara a Emmanuel Macron, y que presume de querer aplicar una política sin contemplaciones en materia de dopaje. Sin embargo, ya en el primer comunicado de la UCI se informa de que no procede, de momento, sancionar al corredor.

La UCI podría fallar a favor de Froome --habitualmente nunca se han penalizado casos precedentes-- o aplicar un castigo administrativo, que no afectaría el resultado deportivo. De considerar, en cambio, que Froome ha vulnerado la normativa antidopaje, la sanción siempre sería menor, seis meses como máximo, pero, en este caso, el británico perderá la Vuelta. La resolución, en unos meses. Mientras tanto, mucha tinta, papel y páginas de internet.