La fiebre por los ochomiles

Las expediciones al Himalaya se preparan para iniciar los ataques a las grandes cumbres

JORDI TIÓ

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Se acerca la hora de la verdad para muchas de las expediciones que se encuentran en el Himalaya con el reto de pisar la cumbre de algunos de los 14 ochomiles que señorean majestuosos y, a la vez, retadores. Durante este fin de semana muchos montañeros pueden ver cumplido el sueño gestado durante años de encaramarse a lo más alto de alguno de estos colosos, el primero para algunos y el último para otros, la minoría, claro. Porque solo unos pocos elegidos pueden afrontar el reto, y culminarlo, de ascender las 14 cumbres más altas de la Tierra. En ello andan dos alpinistas legendarios de nuestro país, Ferran Latorre y Òscar Cadiach, empeñados en convertirse en el primer catalán que se apunta todos los ochomiles. Y sin oxígeno, una circunstancia que multiplica exponencialmente la dificultad.

Latorre aguarda en el campo base del Everest después de tener que reposar durante varias jornadas por una gripe. Ahora, de nuevo en condiciones, lleva días aclimatándose en la montaña y esta semana ascendió hasta los 7.950 metros para luego volver a descender. La buena meteorología que se adivina para este fin de semana hace prever que pueda empezar este mismo sábado el ataque a la cumbre del techo del mundo (8.848 metros), el último ochomil que falta en su palmarés y al que tuvo que renunciar entre lágrimas en el 2012, después de salvar la vida a tres sherpas a 8.300 metros.

ARISTAS CORTANTES

También el Himalaya aguarda a Cadiach, quien tiene previsto afrontar el Broad Peak (8.051 metros) a finales de junio, una cumbre que se le ha resistido en cuatro ocasiones, una de ellas cuando solo se encontraba a 22 metros de la cima. Ambos se han deseado suerte porque, por encima de todo, prevalece el valor de la amistad y el respeto al montañero, una ley inviolable en el mundo del alpinismo por más que la masificación imparable de esta disciplina haya puesto al descubierto las aristas más cortantes en algunos casos.

No es el caso de Carlos Soria, uno de los montañeros más respetados y admirados ya que, a sus 78 años, anda ya metido en faena en el Dhaulagiri (8.167 metros), el que sería su 13º ochomil.

LA HORA DE JORNET Y PICAS

En cambio, otros dos catalanes suspiran por anotar en su palmarés su primera gran cumbre. Kilian Jornet, sin embargo, de forma peculiar: subir y bajar del techo del mundo en menos de 24 horas y partiendo del lugar habitado más próximo a la montaña: el monasterio de Rongbuk (5.100 metros). Núria Picas, a su vez, lleva días en el Makalu (8.462), en su estreno himalayístico. Llega la hora de la verdad para todos ellos y, como siempre, la montaña tendrá la última palabra.