La noche que Mourinho jugó con el patrimonio del Madrid

Al socio blanco se le puede acabar la paciencia, incluso con alguien tan rico y poderoso como Florentino Pérez

Jose Mourinho (derecha), durante el partido del sábado ante el Málaga en La Rosaleda.

Jose Mourinho (derecha), durante el partido del sábado ante el Málaga en La Rosaleda.

Por Emilio Pérez de Rozas

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Una noche a aquel entrenador holandés que tenía cara de viejo, que se llamaba, sí, seguro que lo recuerdan, Leo Beenhakker, se le ocurrió, nada más y nada menos, que en un partido de Copa de Europa en el Santiago Bernabéu sentar en el banquillo al mítico Emilio Butragueño para colocar a un joven que, dijo él, venía empujando, llamado Paco Lorente. Ni les cuento la que se lió enMadrid. Al día siguiente, Ramón Mendoza, cierto, curioso presidente pero presidente al fin, llamó a su entrenador al despacho y, aunque no trascendió toda la conversación, sí se conoció una frase que, con el tiempo, acabaría haciendo historia y que anoche regresó a mi mente cuando vi el atrevimiento de JoséMourinhoal sentar al también míticoIker Casillas en el banquillo de La Rosaleda.

La frase en cuestión, que hizo historia y que con el tiempo ha sido muy utilizada en parecidas circunstancias, se la dijo, como no, Mendoza a Beenhakker: "Está jugando usted con el patrimonio del club, no lo vuelva a hacer". Los hubo, ya en su día, que centraron la frase en el bueno del 'Buitre' pero, realmente, la frase hacía referencia a la misma historia delReal Madrid, aquella que dice que sus 'vacas sagradas', no importa la época, además de ser mitos y reconocidos como tales, representan a la'Casa Blanca' en su máxima extensión.

No hablemos de fútbol, pues de eso siempre se niega a hablar 'Mou', hablemos de esa cantidad de gestos, frases y poses absurdas que está protagonizando el técnico portugués para que alguien se llene de razón y acabe despidiéndolo, cueste lo que cuesta. Y cuesta mucho, sí. Tal vez una de las esquinas del Bernabéu. La suplencia del granCasillas, capitán de los bicampeones españoles, estandarte del Madrid, líder por absoluto, no hay otro, delMadrid, en Madrid, en España, en Europa y en el mundo, y, además, la crítica a su mal estado (si está mal Casillas, está mal toda la plantilla, porque, sí, lo está) es una auténtica provocación dirigida, no ya al vestuario, pues ellos reciben constantes pullas de su entrenador, sino al palco, al presidenteFlorentino Pérez, que no cesa de elogiar a su entrenador. Por cierto, a sus últimos piropos ante los 'abuelos' merengues, encerró a un periodista en una mazmorra y, a los siete días, sentó a Casillas.

Pero uno sospecha que, de la misma manera que el vestuario se reprime cada día para no contestar públicamente a 'Mou', el presidente, que ya no tiene tiempo de echarse atrás, que se ha implicado en exceso en lanzar incienso sobre un entrenador impresentable, tampoco será lo suficientemente valiente para despedirlo. Y no por dinero, no, que le sobra, sino porque, lejos de la Liga, se agarrará a la Champions y listo. Entre otras cosas porque si a Florentino Pérez le preocupase la caída en picado de la imagen, que no prestigio ni vitrina del Madrid, ya hubiese despedido hace mucho tiempo a Mourinho.

Pero una cosa si ha de empezar a temer el 'ser superior' blanco, que un día reconoció que había mimado en exceso a los galácticos y por eso dejó la presidencia del club: puede que Mourinho, que no se apiada de nadie, arrastre a Florentino en su caída. No olvidemos que el año próximo hayelecciones a la presidencia del Madrid y, de la misma manera que a 'Mou' se le agotan las reservas, al socio blanco se le puede acabar la paciencia, incluso con alguien tan rico y poderoso como Pérez.