LA PUESTA EN ESCENA / SORPRESAS EN EL ATAQUE

Un inicio marcado por la presión local y los agobios

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Sorprendió Pep Guardiola con la puesta en escena del Barça. Aunque el equipo partió con un 4-3-3 teóricamente convencional, el técnico azulgrana situó de delantero centro a Alexis, mientras que Iniesta se ubicó en la banda izquierda, una posición que no ocupaba desde hacía mucho tiempo. En la derecha se colocó Messi con un objetivo claro: evitar las incorporaciones de Marcelo. El lateral brasileño, uno de los argumentos ofensivos de mayor calado del equipo blanco, no existió en el ataque, pero el Barça tampoco se encontraba cómodo. La circulación de balón no era buena y se perdían demasiados balones. Algo fallaba.

El tanto encajado a los 22 segundos tampoco facilitó las cosas. La primera decisión de Guardiola, con Alexis de nueve, debía servir para fijar a los centrales blancos, de tal forma que el equipo pudiera tener superioridad en el centro del campo. Durante toda la semana había pensado el técnico en ese objetivo, pero el Barça no tuvo un comienzo fácil.

La presión blanca causó más de un agobio a los azulgranas, que no encontraban la tecla correcta con Cesc de interior izquierdo e Iniesta de extremo. Messi tampoco conseguía su espacio en una posición demasiado escorada a la banda, como en la época de Frank Rijkaard. Atrás, también hubo una vuelta a los orígenes, con Piqué y Puyol como centrales, esa pareja que tantas alegrías ha dado al Barça y que ayer volvió a dar una exhibición. Los problemas, en el primer tramo, estaban en la creación. Faltaba fluidez y profundidad. Era necesario un cambio y Guardiola pronto se dio cuenta. Con un par de movimientos todo volvió a su cauce. La reacción era posible.