LA SITUACIÓN DEL CLUB AZULGRANA

Seis puntos, seis razones

El Barça de Guardiola se enfrenta ahora a una situación desconocida porque nunca estuvo tan lejos del Madrid

Alves se queja de dolor tras sufrir una entrada en Getafe, el pasado sábado.

Alves se queja de dolor tras sufrir una entrada en Getafe, el pasado sábado.

MARCOS LÓPEZ / JOAN DOMÉNECH
BARCELONA

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Un mundo absolutamente nuevo se ha abierto al Barça tras su dolorosa derrota en Getafe. Un mundo que no conocía desde que llegó Pep Guardiola al Camp Nou en el verano del 2008. Desde entonces, el equipo había estado casi siempre por delante del Madrid y muy pocas veces por detrás. Pero cerca, siempre cerca. Ahora, en cambio, lo tiene más lejos que nunca (seis puntos y a tan solo dos semanas del clásico del Bernabéu) tras protagonizar el peor arranque azulgrana en la Liga.

El Barça no alcanza esa línea de estabilidad que había caracterizado tradicionalmente laera Guardiolay, por vez primera, se convierte en el cazador cazado. Ahora le toca al campeón gestionar una situación realmente desconocida porque es quien persigue al Madrid de Mourinho, que va embalado en la Liga a una velocidad que resulta inalcanzable, de momento, para el Barça.

1 El problema está detectado: el equipo no funciona fuera

Tres empates (Anoeta, Mestalla y San Mamés), una derrota (Getafe) y solo dos ajustadas victorias por 0-1, tanto en Granada como en Gijón, revelan el origen del gran problema que azota al Barça. Fuera de casa se ha convertido en un equipo terrenal capaz de ir cediendo puntos (nueve ha perdido) por diversos motivos. En cada uno de ellos, el equipo de Guardiola tiene un relato distinto. Ante la Real Sociedad se dejó empatar un partido que tenía ganado (0-2) en la primera mitad, frente al Valencia sufrió mucho porque recibió dos goles en menos de media hora, aunque pudo ganar en la segunda mitad y contra el Athletic de Bielsa pudo festejar un punto gracias únicamente al gol de Messi en tiempo añadido.

En Getafe, la derrota se vivió como algo extraordinario ya que no perdía el Barça desde el 30 de abril, también fuera de casa (Anoeta). Pero ya había síntomas de que el equipo no chutaba fuera. Hasta que todo se comprobó el sábado.

2 Messi, solo un gol lejos de casa, y la falta de eficacia

Para bien (12 títulos de 15 posibles, un estilo admirado y exitoso) y para mal (apenas un gol en los seis desplazamientos, el de Bilbao, y 14 en casa), el Barça está organizado en torno a la figura de Messi. No solo por el estilo de jugar sino también por la manera en que vive anímicamente los partidos. Si la estrella está contenta, el equipo respira aliviado, pero si tiene un mal día ¿y goza de todo el derecho del mundo a ser terrenal de vez en cuando¿, el Barça queda contaminado porque los otros delanteros (Pedro, Alexis y Villa) no aportan su cuota de gol, especialmente lejos del Camp Nou. Entre los tres apenas suman un tanto, el firmado por el extremo canario en Mestalla.

Si Messi no marca, la productividad ofensiva se resiente ya que el Barça solo lleva ocho goles fuera: tres de Cesc, dos de Xavi, y uno de Adriano, Pedro y Messi. Demasiado poco para un equipo más desequilibrado que de costumbre: 30 goles en casa, solo ocho cuando se va de viaje.

3 Fatiga mental en la rutina de la Liga tras las noches europeas

La caída en el rendimiento azulgrana no se debe a un asunto físico porque justo en esta temporada es cuando Guardiola dispone de más recursos que nunca. Además de haber hecho numerosas rotaciones en su deseo casi obsesivo de proteger a los jugadores ante un calendario brutal. El sábado, sin ir más lejos, el técnico removió el equipo colocando a cuatro piezas nuevas (Alves, Piqué, Maxwell y Alexis) que no habían sido titulares en Milán. Pero se trata, tal vez, de un problema de fatiga mental porque no es el virus FIFA el que golpea al Barça sino el virus de la Champions. Cada vez que vuelve de una gran noche europea, sufre un revolcón. Se le ve desconectado, sin chispa, sin ese punto de pasión en su fútbol que le da un aire inigualable.

Si el balón circula lento y de forma rutinaria, todo es más previsible y más fácil para desactivar.

4 Cambios tácticos para buscar la chispa que no llega

Getafe sirve como ejemplo de que Guardiola ha hecho muchos cambios fuera del Camp Nou para buscar la chispa y la creatividad ofensiva ante defensas que se cierran. El sábado empezó sin extremos ya que Alexis y Villa ejercían de doble delantero centro, con Messi por detrás, mientras Alves, derecha, y Maxwell, izquierda, ocupaban las bandas llegando desde atrás. Y terminó con dos extremos puros (Cuenca y Pedro, a los que llegó a intercambiar de banda solo 10 minutos después de salir), pero sin poder derribar al Getafe. En Valencia salió con tres defensas ¿Mascherano escorado como falso lateral diestro¿y acabó con cuatro, mientras en Gijón alineó a cuatro delanteros. La idea no cambia, pero en esa evolución, el Barça ha perdido estabilidad y pegada.

5 Los rivales sacan un gran rédito de sus escasas ocasiones

Al Barça le cuesta mucho gobernar con autoridad los partidos fuera del Camp Nou. Genera mucho juego, pero sin la contundencia que le caracterizaba. Se ha vuelvo un equipo, a veces, plano, insulso ya que su fútbol parece burocrático. Necesita producir muchas ocasiones para marcar. Se vio en Milán, donde logró tres goles, pero si hubiera estado acertado «podría haber acabado 1-4 en la primera mitad», según recordó el propio Guardiola. «Chutamos cinco veces a tres metros de Abbiati», añadió luego. En Getafe, tres días, más tarde, pasó algo similar.

Dos córneres en contra y un gol. De nada, el rival saca excelentes resultados y eso que el Barça, en el gol del Getafe, tenía a Keita, Piqué, Busquets y Abidal, los mejores en el juego aéreo. Y remató Valera.

6 El Madrid vuela con 9 victorias seguidas tras su minicrisis

Los clásicos siempre valen seis puntos. Pero ahora valen mucho más. El Madrid de Mourinho vuela por la Liga tras tener también su minicrisis. Sucedió en septiembre, cuando perdió en el campo del Levante (1-0) y empató luego en casa del Racing (0-0). Desde entonces, el conjunto blanco ha encadenado nueve victorias consecutivas (27 puntos de 27) abriendo la primera gran brecha sobre el Barça en casi cuatro años.

Vuela impulsado por un ataque demoledor (36 goles, cuatro por partido) y arropado por una defensa contundente (apenas siete goles encajados tras el empate en Santander) en la que Pepe y Sergio Ramos hacen la vida más tranquila a Casillas. Pero el Barça de Guardiola nunca perdió en el Bernabéu. El 10 de diciembre serán más que seis puntos.