El partido de El Molinón

Mou, en la pecera

El entrenador del Madrid vivió con calma tensa el partido desde un palco de El Molinón mientras el público no dejaba de insultarle

CARLOS F. MARCOTE
MADRID

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Disfrutó, pese a todo, José Mourinho aunque no hasta el punto que lo hubiera hecho si hubiese podido vivir la novena victoria del Madrid a pie de obra. Allí metido, en la penumbra de una pecera VIP de El Molinón y no en la grada tras el banquillo como pretendía, no era cuestión de hacer los aspavientos que acostumbra al borde del terreno de juego. Entre otras cosas, porque apenas nadie le podía ver.

Es fácil imaginar la reacción del técnico portugués cuando Higuaín marcó el único gol de uno de los partidos más grises del Madrid. También hubiese estado bien comprobar si su respuesta a la durísima entrada de Botía a Cristiano Ronaldo hubiese sido comparable a la provocación de la estrella portuguesa, pidiendo más leña tanto a los jugadores del Sporting como a los aficionados.

Con Aitor Karanka al mando de las operaciones no fue lo mismo, evidentemente. La frialdad con que el exjugador vasco vivió los acontecimientos fue elocuente. Al menos a él no le mentaron a la madre, como no dejaron de hacerle aMou. Aitor se dejó ver muy poquito y se limitó a transmitir las órdenes que a él a su vez le transmitía Rui Faria, el otro ayudante de Mourinho, que fue quien se mantuvo en contacto telefónico con el entrenador.

«En el primer tiempo nos hemos contagiado demasiado de ese barullo que había tanto dentro como fuera del campo, de esa confusión que no nos beneficiaba... Los jugadores tenían también muchas ganas de dedicar el partido al míster, que estuviera orgulloso de ellos, y creo que lo han conseguido», dijo Karanka, que ayer si tuvo permiso para comparecer ante los periodistas. Su jefe no volverá a hablar hasta que cumpla la sanción.

Sin saludos

No estabaMoupor allí, pero Manolo Preciado no se acercó a saludar al técnico interino del Madrid, ni antes ni después del partido. No se escondió el entrenador del Sporting cuando le preguntaron sobre el particular.«Ni me lo planteé. Hemos venido a jugar y a trabajar para que mi equipo contrarreste a un rival grandísimo, pero no es fácil meter mano a un equipo de este pelo, aunque en el segundo tiempo llegué a pensar sinceramente en la posibilidad de ganar», comentó el técnico santanderino, que no estuvo lejos de sacar todo el provecho que pretendía de su ataque frontal a Mourinho en las vísperas. Consiguió que sus jugadores salieran todo lo enchufados que era posible y que la grada empujara al máximo para que al Madrid todo le resultara incómodo, pero rechazó, en cualquier caso, la acusación de incitar a la violencia.

«Tengo 53 y no he tenido ni un amago de pegarme con nadie. Soy un deportista de pleno derecho que quiere que su equipo gane y que cuando hay algo que le molesta, lo dice», añadió Preciado, que sí admitió que a lo mejor se pasó un poco con lo de canalla y demás:«Posiblemente, como soy muy bruto, igual falle en las formas y me tenía que haber mordido la lengua, pero en el fondo no me arrepiento de nada», señaló el preparador del Sporting, quien, por otro lado, no tuvo problemas en felicitar al Madrid ni cargó contra el árbitro por conceder el gol:«Mis jugadores me dicen que es falta, pero no voy a decir nada de Turienzo porque ha tenido un partido supercomplicado».