Nuevo triunfo blanco

El Madrid consigue un triunfo agónico en la batalla de Gijón

Higuaín resuelve un choque muy trabado con un gol en el minuto 82 tras un fallo de Juan Pablo

Khedira salta entre el portero Juan Pablo y Sangoy, ayer por la tarde en el estadio de El Molinón.

Khedira salta entre el portero Juan Pablo y Sangoy, ayer por la tarde en el estadio de El Molinón.

ANTONIO MERINO / Madrid

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Más que un partido, el choque de El Molinón fue una prolongación de la batalla dialética abierta entre Mourinho y Preciado. De esa guerra de guerrillas sacó partido el Sporting, que llevó cada acción al límite. Una estrategia que le valió durante 82 minutos hasta que un error de Juan Pablo propició el tanto de Higuaín, que sirvió para devolver el liderato a su equipo que suma su cuarta victoria fuera de casa.

El Madrid salió indemne de Gijón después de firmar otra entrega gris, de esas que le suelen dejar a mitad de camino entre el KO y el triunfo agónico. La moneda salió cara y se llevó un encuentro en el que el fútbol quedó sepultado por la dureza y la crispación. Ese fue el diseño que hizo del encuentro el Sporting y en el que cayó un Madrid inocente, que apenas inquietó la portería rival y que volvió a tener en Casillas a su salvador. El meta salvó el empate de los locales en una gran intervención a un cabezazo de Barral (m. 83).

Preciado anunció que su equipo jugaría al 300% y lo cumplió. El Sporting saltó al césped con una motivación extrema y poniéndole un ritmo muy alto al encuentro. Enfrente, el Madrid intentó enfriar la caldera en la que se convirtió El Molinón. Higuaín disparo al palo después de recibir un pase de Özil y rematar con la derecha dentro del área (m. 10). Esa acción animó a los de Mourinho que se volcaron sobre la portería de Juan Pablo. La falta de pegada de los blancos propició que el encuentro comenzara a abrirse. Diego Castro disparó a medio vuelta, pero encontró a Pepe (m. 21). Luego Sangoy puso a prueba a Iker (m. 27).

RONALDO, CRISPADO / En la medida en que el Sporting fue llevando el partido a su terreno, comenzó a desaparecer el Madrid. En medio de la batalla, Ronaldo volvía a ser ese jugador crispado que busca una condena del rival en cualquier acción. Özil y Di María se diluían y Xabi Alonso entraba más en labores defensivas que creativas. Peor le fue a Pepe, que volvió a jugar con fuego en varias acciones. En una de ellas se pidió penalti del central por desplazar a Sangoy dentro del área (m. 44).

Con Mourinho dándose un atracón de uñas en su oscuro palco VIP, el Madrid intentó salir de la tela de araña tras el descanso. Salió Benzema por Di María y en una contra, Higuaín disparó solo ante Juan Carlos, pero el meta atrapó el balón (m. 68). Con muy pocas ideas y con la pegada congelada, el equipo de Mourinho

veía el encuentro como una montaña casi infranqueable y comenzó a desquiciarse. En eso, Ronaldo suele ser el abanderado. El árbitro le perdonó la tarjeta por una dura entrada a Novo (m. 78).

OCASIÓN DE BARRAL / Cuando muchos pensaban que se repetiría el resultado de la pasada temporada (0-0), un centro de Ramos desde la derecha lo cabeceó Benzema. Juan Pablo no atrapó el balón e Higuaín remachó el gol (m. 82). Los jugadores del Sporting pidieron falta de Benzema sobre Lora, pero sus quejas no fueron escuchadas.

Aún hubo tiempo para Casillas, que sacó una mano prodigiosa a un fuerte cabezazo de Barral abajo (m. 83). Solo entonces respiró el Madrid, que ganó la batalla de El Molinón con más eficacia que jerarquía.